Por reclamos de los propios vecinos, agentes de Control arribaron al lugar donde constataron que además se vendía alcohol. Junto a la Policía y con orden de Fiscalía, se despejó el lugar.
Cuando los agentes de la Secretaría de Control arribaron al lugar, constataron la presencia de unas mil personas en el marco de una fiesta electrónica sin autorización y venta de alcohol.
Tras eso se dio aviso a la Policía y a la Fiscalía de turno. Luego de recibir la orden de despejar la zona, se logró en conjunto disuadir a los presentes en el evento para abandonar el lugar.
«Este tipo de fiestas sin autorización son inadmisibles. Vamos a seguir bregando por el buen uso del espacio público y la convivencia entre vecinos», señaló el secretario de Control del municipio, Diego Herrera.