El equipo de Londres ganó el trofeo por segunda vez en su historia.
En un partido que sin duda estuvo a la altura de una final, el Chelsea le ganó 1 a 0 al Manchester City, con gol de Kai Havertz. De esta manera, se quedó con el máximo título a nivel de clubes de Europa y es el primer equipo clasificado al próximo Mundial de Clubes. El Estadio Do Dragao, la casa del Porto FC, fue la sede elegida para el encuentro, en lo que fue también el último partido del Kun Agüero con la camiseta del City. Además, la jornada marcó la vuelta del público a las competencias de elite y unos 16 mil hinchas de ambos clubes pudieron presenciar la final, que fue correctamente dirigida por el español Matheu Lahoz.
El partido comenzó con un Manchester City volcado al ataque, y a los 8 minutos Raheem Sterling tuvo la primera oportunidad, tras un pase largo de su arquero, que tomó mal parada a la defensa del Chelsea. Así, se veía que el desarrollo del juego iba a ser quizás como ambos técnicos lo habían pensado. Aunque en los primeros minutos el City supo dominar la posesión, ninguna novedad en los equipos dirigidos por Guardiola, los Blues supieron aguantar la embestida de los ciudadanos y salieron bien jugando de contraataque. Timo Werner tuvo dos chances inmejorables para abrir el marcador, pero el delantero alemán no tuvo una buena tarde, y erró casi todo lo que le pasaron Mason Mount y Ben Chilwell, quienes desbordaron permanentemente a Kyle Walker, lo más flojo en la defensa de Manchester. Pasados los 38 minutos, el entrenador Tuchel se veía obligado a realizar la primera variante en un Chelsea que se mostraba bien ordenado. El experimentado zaguero brasileño Thiago Silva (quien al igual que su D.T. formaba parte del plantel del PSG que perdió la final del año pasado) tuvo que retirarse lesionado en su pierna izquierda. Pese a esto, tras ese cambio vendría el primer y único gol del partido. En el minuto 40, el arquero del Chelsea Edou Mendy cruzó el balón hacia la izquierda, la pelota fue bajada de primera por el lateral Chilwell hacía la posición de Mason Mount en la mitad de cancha. Rápidamente, el 19 del Chelsea pudo ver la corrida desde el costado derecho hacia el centro del área que le marcó uno de sus delanteros, escapando a la marca del lateral del City. Con un pase preciso, Mount habilitó a Kai Havertz, quien eludió la salida desesperada del arquero Ederson y con un toque suave de zurda marcó el gol que los Blues merecían ampliamente. Ni el hincha más optimista del cuadro londinense hubiera imagino que un Chelsea en crisis en Enero estaría yendo en Mayo al descanso de la final de la Champions League ganando bien el partido.
Guardiola demoró los cambios en el City, y los primeros minutos de la segunda mitad fueron muy similares a lo visto en el primer tiempo, con un Manchester que tenía más el balón pero que no lastimaba a un Chelsea correctamente parado en la cancha, cubriendo bien los relevos y jugando un fútbol sobrio a la hora de tener la pelota. Un momento de tensión se vivió en el partido cuando en el minuto 55 Rudiger golpeó fuerte con su cuerpo a un desprevenido Kevin De Bruyne, sacándolo de la cancha con un notorio golpe en su ojo izquierdo. Visiblemente conmocionado, el mediocampista belga fue sustituido por Gabriel Jesús, en un intento de buscar más profundidad por parte de los dirigidos por Pep. En la desesperación, el City pudo crear dos o tres jugadas de peligro, cuando en el minuto 58 un disparo de Sterling rebotó sobre el pecho y luego el brazo de James, y luego en el minuto 67 Foden no pudo llegar a un centro desde la derecha que fue rechazado por Azpillicueta en el área chica. El Chelsea también tuvo sus chances en la contra, pero no las pudo aprovechar entre el cansancio de los delanteros y el temor al empate. En el minuto 75 se produjo el ingreso del Kun Agüero a la cancha, pero el máximo ídolo de la historia del City no pudo despedirse con un buen fútbol. Ya cerca del final, la jugada más clara por parte del Manchester vino recién en el minuto 96 a la salida de un córner, donde un remate de Mahrez pasó muy cerca del ángulo izquierdo del arco del Chelsea. Tras esto, el árbitro dio por terminado el partido, y los de Stamford Bridge se llevaron a casa la segunda Champions de su historia, pudiendo volver a festejar con sus hinchas en las tribunas.
Párrafo aparte merece la figura del partido, el genial Ngolo Kanté. Una vez más, el mediocentro del Chelsea demostró ser no sólo el escudo sino también la lanza de su equipo. Recuperó cada balón que le pasó cerca como el más aguerrido 5, pero además dirigió y organizó varios contraataques como el más inteligente y versátil 10. Fue el motor del Chelsea como en toda la competición, y demostró una vez más que es de lo mejor en el mediocampo a nivel mundial. Y cabe mencionar por su parte la labor de Thomas Tuchel, quien se hizo cargo del Chelsea en un momento muy difícil, teniendo que sustituir a una gloria del club como Frank Lampard, y que supo darle una identidad de juego al equipo, continuando el buen trabajo que se venía realizando en los talentos jóvenes y pudiendo potenciar a jugadores como Kanté, Mount, Werner, Mendy, entre otros buenos valores, y que hoy le ganó la batalla táctica nada más y nada menos que a Pep Guardiola.
Mauricio Primavera – Peridodista Deportivo