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Las consecuencias de la idolatría

Tengo un amigo que viene padeciendo una enfermedad degenerativa.

Esta personas profesa la religión Católica Apostólica Romana.

Él está convencido, a partir de una experiencia sobrenatural, que lo que le sucede a nivel físico es producto del accionar del demonio.

Me contaba que la enfermedad que padece se le declaró después que literalmente sintiera una explosión que lo hizo despertar, ya que estaba durmiendo.

Cuando me contó todo lo que les estoy narrando, le expliqué que si uno está en comunión con Dios, el diablo y sus secuaces no nos pueden perjudicar.

Luego le pregunté si estaba en paz con el Creador y me dijo que si. Entonces le respondí: si estás en paz con el «Autor de la Vida» ninguna entidad demoníaca puede tocarte.

Ante esa respuesta me expresó que no sabía que decirme pero que no estaba practicando ningún pecado.

Entonces, le aseguré que el Hades no puede prevalecer sobre la iglesia.

Cuando el Señor en Mateo capítulo 16, verso 18 hace esta afirmación no es Pedro el fundamento (Petra) sino un segmento de una roca (Petroi) que participa de la naturaleza de Petra, por la confesión de fe en Cristo Jesús: la base que sustenta a la «novia del Señor».

Cada uno de nosotros edifica la iglesia, que no es una institución política y religiosa como Roma, sino que es la «asamblea de los auténticos creyentes» de todas las edades hasta que se produzca el «arrebatamiento». En otras palabras: las bodas del Cordero con su amada.

Entonces, si el enemigo no puede prevalecer sobre un santo: ¿Cómo es posible que el mal tocase a mi amigo?

Después de meditar, vinieron a memoria dos posibilidades: o que el Señor permitiese al diablo tocarlo como a Job, o que directamente tuviese legalidad mediante un pecado no confesado a «El Señor».

Al instante, recordé su fe católica, con todo lo que implica el culto a María y la veneración a los santos.

La palabra de Dios, la Biblia, es muy clara con respecto a lo anterior. Voy a citar, en primer término, al libro de Éxodo capítulo 20, versículos 4 y 5:

«No te harás dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra.
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la cuarta generación de los que me aborrecen.»

En cuanto a acceder al «Trono de la gracia» es muy claro y contundente. El Apóstol Pablo en la 1 carta a Timoteo, capítulo 2, verso 5:

«Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.»

A manera de conclusión:

Si alguien adora o invoca a otra persona que no sea Cristo está en graves problemas.

Porque ha desobedecido al Señor y como consecuencia le está dando al diablo la posibilidad que tenga autoridad sobre su vida.

Suscribe: Marcelo G. (Para lo periodístico Margal conductory realizador del programa COMO PEZ EN EL AGUA, que se emite los viernes a las 23:00 hs cuando no hay futbol sino a las 24:00 hs cuando hay futbol, por la 93.5 FM «RADIO DEL PLATA ROSARIO»)