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Julian Assange sufrió un derrame cerebral en prisión

La noticia fue revelada por su pareja y madre de sus hijos, Stella Moris, al diario británico The Daily Mail tras conocerse un fallo que beneficia a Estados Unidos en aras de extraditar al creador de WikiLeaks.

El accidente cerebrovascular se produjo el 27 de octubre pasado, mismo día que se reveía la apelación de Estados Unidos contra el rechazo a extraditar al periodista.  Según Stella Moris, esto se debió a un estrés extremo provocado por “este constante

juego de ajedrez, batalla tras batalla”. También expresó el cinismo de Inglaterra, por hacer caso una orden de la CIA

Julian Assange permanece encarcelado en una prisión de alta seguridad de Londres desde abril de 2019, cuando policías británicos entraron a la Embajada de Ecuador donde estaba refugiado y lo detuvieran por la fuerza después de que el por entonces presidente Lenín Moreno levantase el asilo político. Estados Unidos lo acusa de espionaje por haber difundido públicamente desde 2010 documentos e imágenes explícitas del terrorismo estadounidense en otros países (especialmente en Medio Oriente y Guantánamo) a través de la organización WikiLeaks. Por tal motivo el país norteamericano busca imputarlo a toda costa, primero consiguiendo una extradición totalmente infundada ya que nunca tuvo domicilio en territorio estadounidense. Son 18 los cargos que afrontará en la llamada “tierra de la libertad”, los cuales equivalen a mas de 175 años de cárcel.

Este asunto supone un riesgo global para la libertad de expresión, el libre flujo de información y los derechos de acceso a ella sólo por dar a conocer hechos totalmente reales, verídicos y verificables. Asimismo si en Washington se salen con la suya, dará vía libre y será el ejemplo de otros países y/o corporaciones para hacer lo mismo contra periodistas que accionen contra sus intereses. En el pasado hubo casos similares con diferentes destinos para los protagonistas (llámese Snowden, Manning o Swartz, por ejemplo).

 

MUESTRAS DE REPUDIO

A lo largo del globo distintos organismos, medios y personalidades mostraron su apoyo al hacker australiano y condenaron los atropellos del gobierno hoy presidido por Joseph Biden.

El Relator oficial de la ONU sobre tortura (Nils Melzer) había dicho en enero de 2020, tras investigar las circunstancias de su detención, que se había creado un sistema mediático-judicial para asesinarlo. En días recientes reafirmó sus declaraciones sumando el aislamiento por Covid-19:

El director de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (siglas ACLU en inglés) remarca que es la primera vez que alguien “ha sido procesado con cargos por delitos graves por publicar información veraz”.

También Edward Snowden -ex empleado de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional que desclasificó documentos de alto secreto gubernamental- denunció que Assange es uno de los presos políticos de mayor duración en el mundo occidental. “Cada etapa en su caso estuvo manchado de corrupción y abuso procesal”.

 

A su vez el Grupo de Puebla (entre quienes lo integra Alberto Fernández) tildó al fallo de “grave error judicial”.

“(…) el Estado estadounidense solicita la extradición de Assange porque supuestamente representa una amenaza a la seguridad nacional. Al haber accedido a este pedido, la justicia británica refuerza la extraterritorialidad del brazo jurídico estadounidense, que por vías legales, ilegales, directas o indirectas y logra intervenir en procesos judiciales en otros Estados. Esta estrategia forma parte de verdaderas guerras jurídicas, lawfare, libradas contra aquellos y aquellas definidas como enemigos políticos en diferentes puntos del planeta.”

 

Otra voz importante es la del mismísimo Vice Ministro de Australia. Barnaby Joice menciona que, aunque no conoce ni respeta a Assange, se opone a la extradición al afirmar que por ser ciudadano australiano debería volver a esa Nación.

 

#ASESINATOCOLATERAL

En contrajugada por el dictamen, desde la cuenta de Twitter de Wikileaks subieron un video que data de julio de 2007 sobre una matanza de civiles y periodistas en Iraq. La grabación de casi 10 minutos, expresamente explícita, muestra en primera persona cómo militares estadounidenses a bordo de un helicóptero Apache abren fuego contra un grupo de personas en plena calle iraquí, dejando un saldo de 12 muertos (entre ellos dos periodistas de Reuters) y 2 niños gravemente heridos.