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Este 11 de junio se celebra la segunda fundación de Buenos Aires

La Segunda Fundación de Buenos Aires
En el repaso de nuestra historia nacional, uno de los momentos más relevantes es la Segunda Fundación de Buenos Aires, realizada por Juan de Garay el 11 de junio de 1580. Este evento marcó un punto de inflexión para el desarrollo de lo que más tarde sería una de las ciudades más importantes de América del Sur.

Contexto

La primera fundación de Buenos Aires había ocurrido en 1536, encabezada por Pedro de Mendoza. Sin embargo, esa iniciativa fracasó. Los constantes ataques de pueblos originarios, la falta de alimentos y recursos, y la lejanía de otros centros poblados llevaron al abandono de ese primer asentamiento.

Décadas más tarde, el Imperio español decidió retomar el control de la región del Río de la Plata. Así, en 1580, el adelantado Juan de Garay, enviado desde Asunción del Paraguay, descendió por el Paraná con un grupo de soldados y colonos, decidido a refundar la ciudad.

La nueva ciudad

El 11 de junio de 1580, en la zona donde hoy se ubica el barrio de San Telmo, Juan de Garay fundó oficialmente la “Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre”. Ese nombre largo y solemne refleja la fuerte influencia religiosa y marítima de la época.

A diferencia del primer intento, esta vez la fundación fue más planificada. Garay repartió tierras, trazó calles con el clásico diseño en damero (cuadrícula) y dejó establecida una estructura de gobierno local. Además, otorgó tierras a los colonos para fomentar la agricultura y ganadería, que serían claves para la supervivencia y el crecimiento del asentamiento.

Un legado que perdura

La segunda fundación fue exitosa, y sentó las bases de una ciudad que crecería con el tiempo hasta convertirse en capital del Virreinato del Río de la Plata en 1776, y finalmente, en capital de la República Argentina.

Hoy, a 445 años de aquel hecho, la ciudad recuerda la fecha con actos oficiales y recorridos históricos. La figura de Juan de Garay, espada en mano y con una cruz en la otra, se mantiene viva en monumentos y calles que llevan su nombre.