“Si se hicieran diagnósticos psicológicos de Massa y Milei, no pasaría ninguno de los dos“.
El Profesor en Psicología, Especialista en Duelo y Suicidología y Terapeuta Holístico critica la falta de evaluaciones psicodiagnósticas para los políticos, especialmente para quienes desean ser presidentes de un país tan convulsionado como la Argentina. En ese sentido, señala:
“Si se hicieran diagnósticos psicológicos de Massa y Milei, no pasaría ninguno de los dos.”
Espíndola propone la obligatoriedad de los exámenes psicotécnicos para los políticos que quieran desempeñar funciones en la política local, la cual refiere como un constante “sálvese quien pueda y asóciese con quien pueda”. Señala el profesor en Psicología: “No solo deberían hacerse pericias psicológicas a intendentes y gobernadores sino sobre todo a candidatos a presidente de la Nación”.
“¿Por qué se pide evaluación psicológica para ser policía o gendarme, pero no para ser político, función en la que se juega el destino de millones de almas?” se pregunta Espíndola.
Por otro lado, el rosarino especialista en Psicología afirma: “en el caso utópico de que se aplique una batería de tests para Massa y Milei, ninguno de los dos aprobaría. Ambos tienen rasgos mentales poco saludables para tomar decisiones políticas, económicas y sociales”.
“Si vos fueras pinocho, ya me hubieras lastimado un ojo” lanzó Milei a Massa en el último debate presidencial. Una frase no tan alejada de la realidad; los argentinos recuerdan cuando el candidato de Unión por la Patria dijo hace unos años: “voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora” y un tiempo más tarde se alineó con aquellos a quienes criticaba con dureza. Estos ejemplos demuestran que Sergio Massa no engaña simplemente por conveniencia, sino porque sufre de “mitomanía” (trastorno mental que implica la adicción a mentir). No por nada Elisa Carrió en el 2021 lo tildó de “mentiroso y amigo de narcotraficantes”.
Según el libro prohibido (que ninguna editorial hasta la fecha se anima a publicar) “Massa Confidencial”, Sergio Massa es un tipo peligroso; si hubiera un ranking sobre los cinco funcionarios enriquecidos ilegalmente, se ubicaría entre los cinco primeros. Tiene innumerables testaferros, denuncias por enriquecimiento ilícito y asociación ilícita, entre otras imputaciones.
Massa comenzó su carrera política en los 90’ en la UCEDE, un partido liberal de derecha; pasó por la militancia del menemismo, estuvo al frente de la ANSES, fue Jefe de Gabinete, aliado y luego crítico de los K… podríamos seguir todo el día enumerando su vida pendular y bipolar.
El candidato de Unión por la Patria suele decir en su círculo más íntimo que Cristina Kirchner “está loca”, pero en sus diálogos con funcionarios del gobierno elogia, eufórico, a la vicepresidenta de la Nación. Ahora, en plena campaña presidencial, como perro arrepentido, dice “no ser kirchnerista” para despegarse de CFK y no espantar al voto independiente.
Respecto a Javier Milei, son harto conocido por todos los desbordes de furia y descontrol en TV y radio que protagonizó el candidato a presidente por La Libertad Avanza. Su falta de control emocional recuerda a aquellas personas con trastorno límite de la personalidad -DSM 5- “Borderline” (presas de su impulsividad y explosividad). Por otro lado, las acusaciones de “hablar con Dios” y “creerse un verdadero elegido” que recibió también rozan un cuadro de “delirio místico” del cual se acusa al candidato de la ultraderecha, sumado a sus “charlas con los muertos” (con la filósofa Ayn Rand y el economista Murray Rothbard quienes, según él, “le dan consejos”).
La infancia de Milei no fue fácil; las palizas que recibía de parte de su padre y una vida solitaria marcarían el destino mental del libertario. Él mismo admitió hace poco en televisión cómo “no quería hablar con sus padres y prefería llamarlos “progenitores” en vez de papá y mamá”. Por lo general, las infancias difíciles son terreno fértil para las patologías mentales.
Sus perros clonados, sus charlas con su perro muerto “Conan”, su contacto con parapsicólogos, telépatas y brujos parecen alimentar su excéntrica figura; la aplicación del test proyectivo (test de Rorschach) daría resultados sorprendentes acerca del candidato, información que a más de un periodista le interesaría conocer.
También desde la grafología se pueden conocer rasgos de la personalidad de Sergio Massa y Javier Milei. Elena Beatriz Gewer, grafóloga científica y psicóloga social, analizó la firma de Massa y expresó: “entre los principales problemas que evidencia su firma está la vanidad y el deseo de ser popular y que lo tomen como un referente a seguir”.
Respecto a la firma del líder libertario dice: “por su personalidad, muestra modos afables para atraer constantemente a los demás, pero tiende a ser superficial y astuto con el propósito de lograr un nivel alto de reconocimiento, tratando de que los otros lo vean original y sensible. En el fondo desea fervientemente ser querido y admirado”.
Podemos decir que Milei, más allá de todo lo nombrado, busca persuadir (y se lo ve más sincero con sus defectos) en cambio Massa busca manipular, rasgo típico de los psicópatas, en el cual su habilidad mental se dirige al corazón de las personas para poder lograr sus maléficos objetivos personales.
En definitiva, alguna evaluación psiquiátrica o neuropsicológica no vendría nada mal para ambos candidatos. Este rebaño de 46 millones de ovejas tendrá que votar en los próximos días al león o al lobo. El final, tristemente, ya lo sabemos.