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Clasificación Sudamericana: objetivo no cumplido

Rosario Central fue goleado 4-1 por Huracán y se quedó a las puertas de la clasificación.

 

Por: Dante De María

En el último partido del año Central estaba obligado a ganar si quería tener mayor competencia en 2022, dependía de sí mismo para eso. Sin embargo, tropezó con los errores de siempre y el Globo aprovechó bien sus ataques.

En la previa se esperaba que pudiera recuperar un poco el juego en el mediocampo por el retorno de Ojeda tras la suspensión pero no pudo encontrar un socio ideal y le ganaron la espalda siempre, además que no llegaba a conectar el juego entre sus propios compañeros. El segundo gol es una muestra de eso, ya que Almada se adelanta para asistirlo y de allí deriva la escalada Quemera.

El partido empezó timorato para ambos conjuntos, sólo una jugada iniciada por izquierda que desembocó en un tiro al palo ahogó el grito de gol de la hinchada. A los 10’ se iba a parar el partido por un rato tras un movimiento imprudente entre Martinez y César Ibañez que terminaría con el 4 local con una venda en la cabeza y el visitante saliendo con un cuello ortopédico.

Después de ese parate obligatorio de cinco minutos viene inmediatamente el primer gol. Llegó por la falta de presión en todas las líneas del conjunto dirigido por Cristian Gonzalez. La pelota recorrió todo el vertical de la cancha, en línea recta desde el arco defendido por Marcos Díaz hasta quebrar la red canaya a través de Cóccaro, y sólo pasando bajo los pies de 4 jugadores de blanco. Diez segundos que sintetizan la temporada defensiva.

Poco más que destacar de la primera parte hasta el tiempo de adición decretado por Darío Herrera (de pésimo arbitraje), cuando otra vez tras ausencia de hombres en la mitad del campo de juego Central pierde la pelota y comienza la rápida escalada del equipo de Kudelka. En un puñado de segundos la defensa se acorrala sola en el medio del área, sin marcación de nadie vestido de blanco y casi ofreciéndoles el disparo gratis a portería. En un peloteo sin rumbo la pelota le cae justa a Candia, que con un disparo decreta el 2-0 parcial, ante la atónita mirada de cuatro jugadores que son atravesados por el tiro cual estatuas, y un arquero que le falta experiencia y mejor posicionamiento debajo de los palos.

Los auriazules van a irse al vestuario con una aproximación clara al arco rival: luego de una buena jugada por izquierda y centro de Blanco, el 1 quemero le sacó del buche el gol casi cantado a Marco.

En el entretiempo hubo cambios (raro en Central). Justo uno de los ingresados va a marcar el descuento. Luego de una jugada empezada desde los pies de Romero, Ruben se la pasa a Blanco para que realice uno de sus centros sello, a la cabeza de Dupuy para acortar distancias en el marcador y mantener la ilusión en el plantel y la gente.

No obstante, aunque poco después Huracán se quedara con uno menos por expulsión de Hezze y el Gigante vuelva a despertar, al Globo pareció desinhibirlo más que incomodarle la inferioridad numérica y atacó de nuevo ante la parsimonia de los rosarinos. La ya por entonces figura Cóccaro definió el partido a los 30 minutos de la segunda etapa por un contraataque iniciado por él, que ante la mala tarde de Almada hizo lo que quiso los 90’. La sostuvo, la guapeó y encima se volvió hasta el área chica para unir el centro al gol, dejó en ridículo el tridente de abajo de los del Kily.

Últimos minutos de un partido ya terminado, pobre producción de Central en todas las áreas; los cambios que dispuso el técnico (este partido sí realizó variantes) no rindieron excepto por el mejicano; a Caraglio que venía de una operación y de no jugar 3 meses lo hace entrar a los 40 mins esperando que se meta en partido y que consiga un resultado -quizás ni haya llegado a tocarla-. Ante todo eso y para colmo de males, del mas inocente e inofensivo de los córners (ese que se hace para perder tiempo) deriva el cuarto gol visitante, los hombres de azul y amarillo se quedaron como muñecos de metegol y con un arquerito entregado Rosario Central resigna otro año más de terminar jugando a nada. Con una chance que dependía de sí mismo perdió por goleada en su casa ante un rival que ni siquiera con lo abultado del resultado lo clasifica.

Pocas horas antes de iniciar el match la Comisión Directiva oficializaba la renovación de un Director Técnico que en 1 año y medio nunca pudo resolver las falencias defensivas, que terminó como uno de los tres mas goleados del torneo, que sólo tuvo 3 vallas invictas en 25 fechas. Que depende considerablemente de cómo funcione la dupla Vecchio-Ruben. Que le cuesta dar vuelta resultados, y que no sabe cerrar aquellos que parecen ganados. Que se guarda cambios en partidos clave, o los hace cerrando el reloj. Que terminó por debajo de equipos que con mucho menos plantel tuvieron un mejor desempeño anual, e incluso uno de ellos clasificó a Sudamericana.

Aunque su continuidad se entiende por el lado de que está claro que nadie de afuera quiere agarrar el fierro caliente que es hoy Central (tanto dirigencial, como económico, como regional).