D10s en el cielo. El Messias en la Tierra. Un Ángel para el gol. Maracanazo 2021.
Por Mauricio Primavera
Después de un largo calvario de angustias y finales perdidas, Argentina pudo gritar campeón y desahogar un grito que estuvo guardado 28 años en el alma. El Seleccionado Nacional se impuso por 1 a 0 al ex invicto Brasil con mucho más coraje que juego. y festejó una muy merecida copa que se hizo esperar demasiado tiempo.
El partido comenzó con ambos equipos intentando tener el control de la pelota, asegurando los pases y sin arriesgar demasiado. El campo de juego se encontraba en muy mal estado, una constante durante toda la Copa, lo que fue determinante para ambas selecciones al no permitirles jugar un fútbol fluido. Argentina paró en cancha un 4-4-2 con la sorpresa de incluir a Di María en el 11 titular, cuando el rosarino había sido hasta ahora mucho más influyente ingresando en los segundos tiempos. Scaloni sin duda acertó en esta variante. A los 21 minutos del primer tiempo, y en un partido en donde no pasaba demasiado, De Paul lanzó un largo pase hacia la banda derecha intentando habilitar a Angelito. El lateral brasileño Renan Lodi no pudo cerrar el envío, y Di María aprovechó para controlar en el área y picó el balón por sobre la salida apresurada del arquero Ederson. La pelota ingresó picando casi en el centro de la portería, fue un golazo para abrir una final hasta ese momento muy cerrada. De a poco se empezaba a gestar el milagro argentino. La primera mitad se cerró con un Neymar que se mostraba como lo más peligroso de la verdeamarela, constantemente siendo vertical para encarar hacia el arco del Dibu Martínez.
En el segundo tiempo, Tite buscó más profundidad con los cambios, desde el ingreso de Firminho, Gabigol y Vinicius Jr. No fue sorpresa ver a Brasil manejando la pelota y a Argentina un poco más retrasada, apostando a una contra en la velocidad de Messi y Di María, que seguía siendo lo mejor en el equipo albiceleste. El conjunto local insistió principalmente desde las jugadas armadas por Neymar, y tuvo un par de remates de sus delanteros que fueron bien contenidos por Martínez, el arquero argentino que se mostró nuevamente muy seguro. Incluso hubo un momento de aflicción cuando Richarlison anotaba el gol del empate, pero que fue correctamente anulado por off-side.
Argentina siguió defendiendo la ventaja como había que hacerlo, convencidos de que la Copa debía ser para nosotros. Montiel con la pierna ensangrentada, Otamendi y Romero despejando cada centro que llegaba al área, De Paul en un gran nivel recuperando y cubriendo el balón tal como lo pedía el partido, y Acuña y Tagliafico clausurando la banda derecha. Ya sobre el final, Messi tuvo una chance clara tras un pase clave de De Paul, pero tras enganchar sobre el arquero, el 10 se resbaló y perdió una buena oportunidad para cerrar el encuentro. De todas maneras, la suerte ya estaba echada. Segundos antes de cumplirse los 95 minutos de juego, el árbitro marcó el final del partido. Llegaba la redención para una selección y para todo un país que merecía desde hace varios años este festejo. La imagen de Messi arrodillado tras ir a trabar en la última jugada, viendo al referí marcar el final y sin poder contener las lágrimas seguramente será recordada por mucho tiempo.La Selección Argentina volvía consagrarse en la Copa América, nada más y nada menos que ante Brasil y en el Maracaná. Finalmente, llegaba el tan merecido título para Lionel Messi, lo único que le faltaba para coronar su increíble trayectoria en la Selección. El hombre con más goles y más partidos jugados con Argentina nos regalaba la imagen más deseada por los futboleros, verlo levantar un trofeo con la 10 en la espalda y la cinta de capitán en el brazo.Es muy merecido este triunfo para todo el plantel nacional. Scaloni supo armar un grupo humano excelente, con grandes apariciones como Emiliano Martínez, Cuti Romero, Guido Rodriguez y Nico González. Supo afianzar la sangre joven de Paredes, De Paul, Tagliafico, Lo Celso y Lautaro Martínez. Y acertó con Di María, Agüero y Otamendi para darle experiencia al equipo. Además, el capitán y referente Lio Messi fue otra vez goleador y figura del torneo. A sus 34 años, se encontró en un nivel futbolístico supremo, anotando golazos pero también asistiendo y colaborando en la presión, en la marca y sin perderse ni un minuto en la Copa.Se cierra un torneo que nos ilusiona para lo que viene, que sienta las bases para un nuevo proceso en la Afa, pero que sobre todo los argentinos vamos a recordar para siempre. Porque Messi tenía que ser campeón, porque fue otro Maracanazo, porque el equipo volvió a entusiasmar, y porque, pandemia de por medio, decenas de miles de personas festejaron en el Monumento a la Bandera, unidos y contentos, con una alegría que nos era tan necesaria como (hasta hoy) ajena.