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Una médica veterinaria denunció brutal golpiza de policías de la comisaría 7ª

Un hombro dislocado, una costilla fisurada y moretones por todo el cuerpo. Tal fue la violencia que Nora denunció que sufrió por parte de la Policía este domingo por la noche, luego de haberlos llamado para que intervinieran en una pelea ajena.

la brutal golpiza ocurrió cuando intentó evitar que los agentes ingresaran a un domicilio sin orden de allanamiento. Ella los había llamado cerca de las 20 por un conflicto en la vereda a propósito de un gatita que atendía.

De acuerdo a su relato, dos mujeres, su secretaria Karina y otra mujer de nombre Lisa, de una proteccionista, se enfrentaron por la felina que se recuperaba en la casa de Karina. La discusión entre ambas comenzó a escalar y Nora decidió llamar al 911. Cuando los policías llegaron –entre dos y tres patrulleros, apuntó– intentaron ingresar a la vivienda donde estaba la gata pero la veterinaria les reclamó la orden de allanamiento. Los agentes hicieron caso omiso y entraron igual.

La situación escaló cuando uno de los uniformados se percató que Nora estaba dispuesta a filmarlos con su teléfono móvil. “Me arrebata el celular, me dice «Vos acá no filmás nada»”, recordó. La veterinaria intentó recuperar su teléfono y en eso, agregó, entre dos mujeres policías la tumbaron al piso, la tomaron del cabello y comenzaron a golpearla.

Nora mostró cada unos de los moretones e incluso señaló que tiene constatada por un médico una fisura en la costilla izquierda que ahora le hace difícil respirar.

También contó que cuando la esposaron les pidió piedad por su muñeca izquierda por una vieja fractura y porque, al ser zurda, es su principal herramienta de trabajo. El ensañamiento fue peor: “Cuando dije eso me la apretaron con toda la fuerza del mundo”.

Luego, –continuó– la llevaron detenida y la mantuvieron esposada a un barral de la comisaría 7ª donde volvieron a pegarle y a burlarse de ella: “Estuvieron cuatro horas pateándome”. Recién la liberaron hacia las 8 de la mañana y en ningún momento la dejaron comunicarse con un abogado ni con su sobrino que la acompañó hasta la seccional, aunque no pudo entrar.