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Siete exgobernadores y referentes peronistas de quince provincias se autoconvocan para el viernes 29

Dirigentes del peronismo de quince provincias, entre ellos siete ex gobernadores, legisladores nacionales , ex legisladores nacionales, intendentes y ex intendentes, compartiran  el próximo 27 de noviembre , en Salta 1261 . -Gastronómicos CABA- una jornada de trabajo realizada bajo la consigna de “Puntos de partida para una nueva alternativa política «.

En el encuentro, promovido por el denominado grupo Marechal , que encabezan entre otros , Emilio Martinez Garbino , Vicente Joga, Mario Moine ,Ramón Puerta, los ex gobernadores de Santa Fe, Víctor Reviglio, de Mendoza, Arturo Lafalla, de San Juan, Roque Escobar, y de Santa Cruz, Sergio Acevedo, el vicegobernador de Salta, Antonio Marocco, y el ex vicegobernador de Tucumán, Julio Díaz Lozano.

El documento de 20 puntos

PUNTOS DE PARTIDA PARA UNA NUEVA ALTERNATIVA POLITICA

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Quienes hemos tenido presencia política en los últimos cuarenta años de democracia nos sentimos obligados a asumir, con un profundo espíritu autocrítico, la responsabilidad de aportar nuestra experiencia para evitar que la Argentina permanezca prisionera de una estéril confrontación entre un presente de sacrificios y sin rumbo claro, y un pasado de frustraciones. Es ineludible construir una visión de futuro para recrear la esperanza de los argentinos en un destino mejor. Como tan lúcidamente señaló monseñor Jorge Ignacio García Cuerva en Luján, » frente a la crisis los sabios buscan soluciones y los necios buscan culpables».

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1) ESTAMOS ANTE UN CAMBIO DE EPOCA.

No estamos sólo ante un cambio de gobierno. Estamos ante un cambio de época, signado por la irrupción de la Cuarta Revolución Industrial cuya expresión emblemática es la inteligencia artificial. Esta nueva realidad mundial exige repensar ideas y propuestas, en un ejercicio de actualización doctrinaria y programática que supone una nueva renovación que vuelva a colocar al peronismo y a la Argentina a la altura de los tiempos. Como nos enseñara Perón, se trata, una vez más, de «fabricar la montura propia para cabalgar la evolución, sin caernos».

2) UNA SOCIEDAD MAS IGUALITARIA.

La identidad doctrinaria del peronismo está asentada en dos pilares fundamentales: la comunidad organizada y la justicia social, ambos inspirados en la doctrina social de la Iglesia. Esos principios no pueden confundirse con los modelos asistencialistas que terminan aumentando la pobreza y la marginalidad social y perpetuando en esa condición a quienes decía beneficiar. Para el peronismo la justicia social es sinónimo de movilidad social ascendente y de cultura del trabajo. No tiene nada que ver con el clientelismo político sino con el ejercicio activo de la solidaridad, concebida como un valor ético y cultural irrenunciable de la sociedad argentina. La reivindicación de la economía de mercado, que no puede prescindir de la función del Estado como regulador y dinamizador de la actividad productiva, no implica aceptar la «sociedad de mercado». Queremos una sociedad más igualitaria. La verdadera igualdad de oportunidades supone tener en cuenta que las víctimas de las desigualdades preexistentes requieren un tratamiento especial y prioritario para salir de la pobreza y poder acceder a una vida digna,

3) DESARROLLO, PRODUCCION Y TRABAJO:

La estabilidad monetaria y el equilibrio macroeconómico son condiciones necesarias, pero no suficientes. Es imprescindible trascender los planteos simplistas y meramente coyunturales y elaborar una visión de mediano largo plazo que garantice un trabajo digno para todos los argentinos. Es necesario un nuevo modelo económico que implique desarrollo, producción y trabajo, única forma de enfrentar y resolver el drama de la pobreza que afecta a más de la mitad de nuestros compatriotas. La prioridad es el aliento a la inversión productiva, tanto nacional como extranjera, con énfasis en un vigoroso aumento de las exportaciones, como única forma de superar el estancamiento económico, el endeudamiento externo y el estrangulamiento de la balanza de pagos.

4) UNA ARGENTINA COMPETITIVA:

En un mundo globalizado la competitividad es sistémica. No compiten únicamente las empresas, sino también los países. No se trata entonces de pasar de un aislacionismo suicida, como ocurrió en los años recientes, a un aperturismo indiscriminado, como se implementó con anterioridad y se intenta reeditar hoy. Es necesaria una estrategia que posibilite a las empresas nacionales, especialmente a las pequeñas y medianas, un proceso de transición que impulse su inserción en el mercado mundial. Esto implica una reducción del «costo argentino» a través de la mejora de la infraestructura de comunicaciones y de transportes y del establecimiento de incentivos a la inversión productiva.

5) MODERNIZACION DE LAS MODALIDADES DE TRABAJO.

La adecuación del régimen laboral a las exigencias del cambio tecnológico demanda el consenso de las organizaciones sindicales a través de los convenios colectivos y el pleno respeto a los derechos adquiridos por los trabajadores. De esta manera será posible integrar a la economía formal a los millones de compatriotas que por trabajar fuera del sistema legal carecen hoy de derechos laborales, aportes jubilatorios y servicios de obra social.

6) REFORMA IMPOSITIVA:

El régimen impositivo es una de las columnas fundamentales de la organización económica. En la Argentina requiere una modernización en su estructura y una simplificación en su funcionamiento, forjadas sobre la base de acuerdos que lo hagan sostenible en el tiempo para garantizar la confianza de propios y extraños. Esa transformación demanda eliminar los impuestos que obstaculizan la expansión de las fuerzas productivas, como las retenciones a las exportaciones. Hay que reducir los impuestos al consumo, que son socialmente regresivos, y castigar a la especulación financiera.

7) REDISTRIBUCION DEL INGRESO:

Los principales instrumentos para una más justa distribución del ingreso son los salarios, los impuestos y la legislación antimonopólica. Por eso es necesario un régimen impositivo eminentemente progresivo y leyes que obliguen a que en la cadena productiva intervengan la mayor cantidad posible de actores sin afectar la competitividad. En esa misma dirección hay que poner en el horizonte la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, lo que representa a la vez un acto de justicia distributiva y un incentivo a la productividad.

8) UN ESTADO INTELIGENTE:

La Argentina no tolera más ni un Estado burocratizado e ineficiente ni un Estado puesto al servicio de los negocios privados de los grupos gobernantes. Precisamos un Estado inteligente, dotado de capacidad de planeamiento estratégico, con un rol activo en el desarrollo de la innovación científica y tecnológica, munido de adecuadas capacidades de control para evitar la concentración monopólica y concentrado en el cumplimiento cabal de sus misiones esenciales en el campo de la educación, la salud pública, la seguridad ciudadana, la infraestructura, la seguridad social, la defensa nacional, la justicia y la preservación el medio ambiente.

9) UNA ARGENTINA FEDERAL Y PRODUCTIVA:

Corresponde avanzar en la recreación de una auténtica Argentina Federal, a partir del aprovechamiento integral de los recursos naturales, en especial de la producción alimentaria, la energía, la minería sustentable y el turismo, el desarrollo de las economías regionales, el impulso a una industrialización internacionalmente competitiva, la explotación de la plataforma submarina (pesca e hidrocarburos) y la promoción de las industrias del conocimiento, desde la biotecnología hasta la inteligencia artificial, que son las llaves del futuro.

10) UNA NUEVA GEOGRAFIA ECONOMICA.

El protagonismo de las regiones, las provincias y los municipios exige una amplia descentralización política para fortalecer sus autonomías, incrementar sus recursos financieros y satisfacer sus apremiantes demandas en materia de infraestructura, seguridad, salud y educación, desatendidas por el poder central. Las desigualdades que padece la Argentina no involucran solamente la disparidad de ingresos entre los distintos sectores sociales, sino también los enormes contrastes entre las regiones del país, a lo que se suma la concentración poblacional en los grandes centros urbanos, erigidos en focos sistémicos de reproducción de la pobreza y la marginalidad social, con un impacto cada vez mayor en la inseguridad pública. Hay que avanzar hacia un rediseño de la geografía económica con una concepción eminentemente federal, lo que no implica de ningún modo alentar una tendencia hacia la fragmentación nacional sino, por el contrario, un trabajo de concertación de las provincias y las regiones entre sí y con el Estado nacional para avanzar hacia un desarrollo armónico de la Argentina.

11) EDUCACION PARA EL TRABAJO:

En esta nueva sociedad del conocimiento que emerge a escala global, signada por el cambio permanente, la educación es la principal herramienta en el camino hacia la justicia social. El imperativo es una verdadera Revolución de la Educación y del Trabajo. Sin una mayor inversión en la educación pública no hay porvenir posible para la Argentina. El sindicalismo, los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil tienen una responsabilidad ineludible en esta cruzada educativa de nuevo tipo, basada en el concepto de formación permanente. Hace falta una visión imaginativa y audaz para que todos los argentinos, independientemente de su edad, condición social y ubicación geográfica, puedan desarrollarse individual y colectivamente en las condiciones extremadamente competitivas que plantea la revolución tecnológica de nuestro tiempo.

12) DEFENSA NACIONAL:

No existe poder nacional sin un poder militar capaz de sustentarlo. Si bien la integración regional ha eliminado las viejas hipótesis de conflicto, la ocupación del espacio territorial, incluida la plataforma continental y la región antártica, la preservación de los recursos naturales y el pleno ejercicio de nuestra soberanía requieren una presencia activa de las Fuerzas Armadas, reformuladas en función de una nueva doctrina estratégica que demanda la redefinición de su despliegue geográfico, su reequipamiento y su adecuada formación profesional, en un marco de plena subordinación al poder político democrático.

13) INSERCION EN EL NUEVO ESCENARIO MUNDIAL:

El mundo atraviesa una etapa caracterizada por el fin del unipolarismo estadounidense, el ascenso de los países asiáticos, encabezados por China y la India, y un escenario global signado por la competencia por el liderazgo. Una estrategia de desarrollo está indisolublemente vinculada con una política exterior que articule una férrea defensa del interés nacional con una cultura de la asociación como demanda la época, sin alineamientos automáticos ni ideologismos anacrónicos de cualquier signo.

14) PRESENCIA INTERNACIONAL:

En el plano global la Argentina tiene que asumir una activa cooperación en la acción internacional en defensa de los derechos humanos, la preservación del medio ambiente, la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y el crimen transnacional en todas sus manifestaciones. En el marco latinoamericano el interés nacional exige el fortalecimiento de la alianza estratégica con Brasil y la reformulación del MERCOSUR como eje de la integración latinoamericana, con una perspectiva orientada a la apertura hacia el Océano Pacífico y los países asiáticos, convertidos en el mayor mercado consumidor y el principal motor de la economía mundial. De esta manera podremos volver a transformarnos en una nación animada de una profunda vocación de grandeza, con un papel relevante en América Latina y una voz escuchada y respetada en el mundo.

15) RENOVACIÖN POLITICA Y FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL:

La Argentina exige una fuerte profundización de su institucionalidad, poniendo especial énfasis en la independencia del Poder Judicial y de los órganos de control, puestos en manos ciudadanas desvinculadas de los partidos políticos y los factores de poder. También hace falta una renovación política integral que incluya en primer lugar la recreación de los partidos políticos en su función de canales de representación ciudadana, actores de los necesarios consensos para la formulación de políticas de Estado, sustento de la gobernabilidad, vehículos para la elaboración de propuestas de gobierno y escuelas de formación de cuadros y dirigentes aptos para la función pública. Ese funcionamiento orgánico de los partidos político debe acompañarse con una reforma legal que promueva la renovación periódica de los elencos dirigentes y evite la eternización en los cargos directivos y la consolidación de poderes dinásticos. Resulta también indispensable garantizar la equidad y la transparencia en la financiación de la actividad partidaria y la implementación del sistema de boleta única no sólo a nivel nacional sino también en las elecciones provinciales y municipales.

16) LA CORRUPCION, CANCER DE LA DEMOCRACIA:

La sociedad demanda la recuperación moral y ética de la acción política. Repudiamos a quienes se escudan en causas nobles para enriquecerse personalmente y convierten a la política en un instrumento de la delincuencia. La corrupción tiene hoy un carácter sistémico, porque abarca al conjunto de la dirigencia y demanda por ello una respuesta integral acorde con su gravedad. Es imposible ignorar que detrás de cada funcionario o dirigente corrupto hay un empresario que paga, traicionando así la confianza que el ciudadano puso en el funcionario para defender el bien común. La Oficina Anticorrupción debe transformarse en un órgano independiente del Poder Ejecutivo. Corresponde agregar que el mayo incentivo a la corrupción es la impunidad, cuya existencia es responsabilidad insoslayable de los magistrados. A tal efecto es impostergable una reforma a fondo del sistema judicial.

17) ACUERDOS BASICOS:

Ninguno de los problemas estructurales de la Argentina pueden resolverse en el lapso de una gestión gubernamental. Todos ellos, sin excepción, requieren respuestas de mediano y largo plazo. Esto demanda continuidad en la acción y evitar que la natural e inevitable oscilación del péndulo de la política lleve a que todo cambio de gobierno implique volver a fojas cero, con la consiguiente frustración colectiva. Las circunstancias exigen una amplia convocatoria nacional para construir una alternativa política superadora que inspire credibilidad y confianza y elimine el actual divorcio entre el sistema político y el conjunto de la sociedad. Sólo una concertación política y social permitirá guiar el destino nacional más allá de los gobiernos de turno.

18) DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO:

El punto de partida para esas coincidencias es que, por encima de viejas o nuevas antinomias que dividen a los argentinos, seamos capaces de promover un clima de diálogo y respeto recíproco, fundado en el afianzamiento de la democracia y del Estado de Derecho. Sólo así será posible avanzar en el arduo camino de forjar una nueva síntesis histórica que conjugue las dos grandes aspiraciones que recorren la historia argentina: la libertad y la justicia social.

19) NADIE PUEDE SOLO:

La experiencia histórica indica que con el peronismo solo no alcanza, pero que sin el peronismo no se puede. Esta aseveración es válida para todos los sectores de la vida nacional. Hoy más que nunca tiene vigencia aquel axioma de que «para un argentino no puede haber nada mejor que otro argentino». No se trata en absoluto con fabular con una Argentina hecha a imagen y semejanza el peronismo sino de recrear un peronismo al servicio de la Argentina.

20) EL PROTAGONISMO DE LA MUJER Y DE LA JUVENTUD:

En esa tarea de concertación que exige la participación de todas las fuerzas políticas, la CGT, las centrales empresarias, los movimientos sociales y las diversas expresiones representativas de la sociedad civil tienen un papel relevante e insustituible los dos grandes vectores ascendentes de esta nueva sociedad el conocimiento del siglo XXI: la mujer y la juventud. En ese gran desafío integrador se juega el futuro de la Argentina. …………………………………………………………………………………………………………………..

Llegamos hasta aquí, cada uno de nosotros, con nuestra carga de dolores, frustraciones y sueños incumplidos, pero somos testigos de que otra Argentina es posible. Nos hemos impuesto la misión de ayudar a abrir las puertas de un futuro distinto, con el protagonismo de los ausentes en esta etapa gris, en especial de las mujeres y los jóvenes, ya que corresponde devolverles el protagonismo que siempre debieron tener. Renegamos de la mala política y de la corrupción que no supimos o no pudimos corregir. Repudiamos los ciclos perversos que, sin solución de continuidad, nos llevan del híper individualismo, la destrucción del trabajo argentino y el «sálvese quien pueda» a la irresponsabilidad fiscal y el clientelismo político, ambos unidos y de la mano con la creación de una «fábrica de pobres». El debate constructivo para la formulación de nuevas ideas en un marco de convivencia democrática, una nueva generación de dirigentes y la construcción de acuerdos básicos que nos comprometan a todos en su implementación es el desafío que nos convoca y al que convocamos a todos los argentinos que, como nosotros, entendemos que la política sólo está al servicio del pueblo cuando es una herramienta útil para la transformación de la realidad y la construcción del bien común.

Vía: El Desafío