En el Gigante nadie puede. Es una fortaleza. Un fortín. Un reducto inexpugnable. Y basándose en eso, y sobre todo en el aliento increíble de su hinchada, Central va. Y va. Sin sobrarle nada, luchando hasta el final y con dos gritos agónicos, los auriazules le ganaron 2-0 a Estudiantes y se metieron en cuartos de final del Torneo Apertura de la Liga Profesional.
De arranque Central salió decidido a apretar en campo contrario. A mostrar sus credenciales. Y allí tuvo movilidad en Giaccone, López y Malcorra, más la claridad que aportan Ibarra y Navarro.
Un par de remates de media distancia fueron el anuncio de la llegada más clara del Canalla: fue a los 20 cuando Giaccone desbordó y Santi López anticipó en el área chica, pero el arquero Mansilla salvó de manera milagrosa.
Los de Holan encontraron por el andarivel derecho el lugar ideal para atacar. Y allí fue clave Coronel, quien jugó un buen primer tiempo y atacó constántamente aprovechando la ausencia de un carrilero por ese sector.
¿Estudiantes? Poco. Muy poco. Quizás lo mismo que viene mostrando en el ámbito local donde llegó a playoffs ingresando de última en el último lugar. Aunque es un equipo siempre difícil. Y tuvo una sola oportunidad en el primer tiempo y casi se pone en ventaja. Fue a los 43 cuando Carrillo ganó de cabeza pero Broun salvó de manera milagrosa al quedarle el balón entre sus piernas y frenada sobre la línea de sentencia.
Central fue más. Un poco más que Estudiantes. Por puntos mereció algo más. Pero sabe que enfrente tiene un rival de jerarquía. Y eso es para tener en cuenta.
Apretado, con tensión y de ida y vuelta. Así fue el complemento. Donde Central se transformó en un equipo largo, que ya no tuvo la claridad con el balón que sí mostró en el primer tiempo y así le cedió protagonismo al Pincha.
Con la movilidad de Medina y de Palacios, los de Domínguez se adelantaron en el campo de juego y tuvieron dos llegadas claras para abrir el marcador, una de las cuales fue neta de gol cuando Benedetti envió un centro y Quintana rechazó cuando Carrillo se relamía para empujarla.
Con el apoyo constante de su gente, el Canalla despertó. Y con Campaz por la banda izquierda empezó a llegar contra el arco pincha.
Así, los últimos 15 minutos fueron un tobogán que terminaba en el arco Pincha. Central fue y buscó. A veces con pocas ideas, pero siempre fue para adelante. Y al final tuvo se recompensa.
A los 43 Malcorra mandó un centro, Quintana ganó de arriba y con un certero cabezazo infló la red del arco visitante y desató la locura canalla.
Pero hubo más. Una contra más, de las tantas que tuvo Central en el final. Y esta vez sí terminó en gol. Campaz, luego de dos salvadas memorables de Mansilla, anotó y puso el 2-0 final.
Central se construye de atrás hacia adelante. No le convierten, es sólido, tiene juego y marca en el medio y gol arriba. Hoy no le sobró nada. Pero volvió a apoyarse en su base: el Gigante. Sí, en casa es imposible que le ganen. Y ahora espera por Huracán o Riestra. Y sobre todo con sus hinchas felices y con la ilusión más gigante que nunca de seguir soñando con la vuelta olímpica. Déjenlos soñar.