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¿Qué pasa si se eliminan el impuesto País y las retenciones?

El Gobierno ha expresado repetidamente su intención de suprimir estos dos impuestos. ¿Qué estrategia debería implementarse para lograrlo?

El cambio en las cuentas públicas de Argentina en 2024 es notable. Durante los primeros siete meses, el país pasó de un déficit financiero de $4 billones en 2023 a un superávit de $2 billones en el mismo período de 2024. Esto representa un ahorro total cercano a los $6 billones, impulsado principalmente por una drástica reducción del gasto público, que cayó un 30,9% en términos reales.

Fuente: LP CONSULTING en base a Ministerio de Economía e INDEC

Los ingresos públicos registraron una caída real del 5%, aunque experimentaron una notable recomposición en su estructura. Debido a la recesión, disminuyeron impuestos de alto potencial recaudatorio, como el IVA y Ganancias. Paralelamente, aumentaron tributos considerados distorsivos, como el impuesto PAIS y las retenciones a las exportaciones.

El Gobierno ha reiterado su intención de eliminar estos dos impuestos antes que cualquier otro, reconociendo su impacto negativo en la actividad económica y la generación de divisas. La teoría económica los clasifica como “distorsivos”, y son difíciles de encontrar en los sistemas tributarios de los países desarrollados.

Sin embargo, el mayor desafío para su eliminación es su peso en las finanzas públicas. Según datos del Ministerio de Economía, entre enero y julio de 2024, el impuesto PAIS recaudó $4,3 billones, mientras que las retenciones a las exportaciones generaron $3,3 billones. En conjunto, alcanzaron los $7,6 billones, una cifra que supera la mejora del resultado fiscal lograda en el último año. Esto significa que, de haberse eliminado estos impuestos, el déficit fiscal se habría mantenido en niveles similares a los de 2023.

Milei propone disminuir el gasto antes de reducir los impuestos.

La estrategia de Milei se enfoca en un enfoque secuencial para equilibrar las cuentas públicas: primero reducir el gasto y luego bajar los impuestos. Según su planteo, la reducción del gasto público es el paso inicial y esencial para disminuir el déficit fiscal y generar el espacio necesario para aplicar una reducción de la carga tributaria. Al priorizar el ajuste del gasto, Milei busca evitar el desequilibrio financiero que podría surgir si se eliminan impuestos antes de consolidar las cuentas del Estado.

Después de implementar un ajuste significativo en el gasto durante la primera mitad del año, recientemente se redujo la alícuota del impuesto PAIS del 17,5% al 7,5%. A corto plazo, esta disminución podría ser contrarrestada por el paquete fiscal aprobado por el Congreso, que incluye medidas como la reincorporación del impuesto a las Ganancias para los asalariados de altos ingresos, el adelantamiento de Bienes Personales y el blanqueo de capitales. Será fundamental observar la evolución de la actividad económica en los próximos meses.

Sin embargo, es improbable que estas acciones sean suficientes para cumplir con la promesa de eliminar otros impuestos, como las retenciones a las exportaciones. Además, reducir tributos igualmente distorsivos, como el ‘impuesto al cheque’, resulta aún más complicado. El plan del Gobierno enfrenta limitaciones crecientes debido a la reducción del margen para efectuar más recortes en el gasto.

Cambio de estrategia: reordenar el sistema tributario

Esto subraya la necesidad de emprender una reforma profunda y estructural del sistema de ingresos. Es crucial reconsiderar el sistema tributario en su totalidad, para que, en lugar de simplemente eliminar o reducir impuestos ineficaces, estos sean reemplazados por tributos más eficientes.

Un modelo a seguir es el de Brasil, que ha optado por unificar los impuestos a las ventas bajo un IVA ampliado. En Argentina, un desafío equivalente sería integrar tributos como Ingresos Brutos y tasas municipales dentro del IVA. Además, la reducción de las retenciones a las exportaciones podría ser compensada fiscalmente mediante un aumento en la recaudación del impuesto a las Ganancias y Bienes Personales.

La reestructuración tributaria también debería incluir un acuerdo de coordinación entre los distintos niveles de gobierno. No solo es necesario redefinir las competencias tributarias entre la Nación y las provincias, sino también ajustar de manera consistente las responsabilidades en la provisión de servicios públicos.

Esto permitiría establecer un sistema tributario más favorable para la producción y el empleo, respetando y ajustando el régimen federal. Además, sería la única forma de lograr un superávit fiscal sostenible a largo plazo.

CP Leonardo H. Piazza
Director de LP CONSULTING