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MÁS ALLÁ DE CUALQUIER CRISIS

El martes 12 de diciembre, el ministro de economía Luis Caputo brindó detalles de un paquete de «urgencia económica»; es decir, una serie de medidas que incluyen llevar el dólar oficial a 800 pesos, quita a los subsidios a las tarifas de servicios y transporte, recorte en obras públicas y transferencia a las provincias y retenciones a la industria.

 

La situación presente se debe, según él, a un legado catastrófico de la administración de Alberto Fernández.

 

Además, calificó a lo que ocurre en Argentina como la peor herencia de nuestra historia.

 

Aseguró también, que si no se toman estas medidas íbamos camino a una hiperinflación.

 

Puntualizando luego: somos adictos al déficit. La génesis de nuestro problema y de nuestras crisis recurrentes es el déficit fiscal. Esa es la razón por lo que las crisis se repiten.

 

Luego afirmó: siempre hemos atacado las consecuencias, pero no el problema.

 

Lo que acabo de compartir de lo dicho por Caputo no es para desarrollar en detalle cada una de las medidas tomadas por el ministro ni tampoco para analizar cómo éstas van impactar en los bolsillos de cada uno de nosotros.

 

La intención de esta crónica es reflexionar cuál debe ser la actitud de aquellos que nos definimos como «cristianos nacidos de nuevo.»

 

En el Evangelio de Mateo capítulo 6, versos del 31 al 33 Jesús dice lo siguiente:

 

«Así que no se preocupen diciendo: «¿Qué comeremos?» o «¿Qué beberemos?» o «¿Con qué nos vestiremos?» Los paganos andan tras todas estas cosas, pero su Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas.»

 

¿En qué consiste buscar el reino de Dios y su justicia?

 

En primer término: entregarle la vida a Dios reconociendo que todo ser humano es pecador y que necesita de recibir por fe a Jesucristo como Señor y Salvador de su vida.

 

Congregarse en una iglesia cristiana, y a partir de ahí, bautizarse para dar testimonio público de que ha muerto a la vieja vida y nace a una nueva vida al sumergirse y emerger del agua.

 

Luego, perseverar en la fe mediante la búsqueda cotidiana de su presencia para que de esa manera esté avalado con su autoridad y poder; para cumplir el propósito por el cual vino a este mundo y llevar adelante la «gran comisión «: impartir «las buenas nuevas de salvación» desde lo más cercano hasta lo último de la tierra. (Mt. 28:19)

 

Hoy, con la tecnología se puede ser un misionero con las redes sociales usando un teléfono móvil o una computadora.

 

Si se hace todo lo que acabo de explicar, no solo vamos al a tener lo necesario para vivir dignamente sino que nuestra vida no será una «pasión inútil», ya que después de partir de este plano temporal nos espera uno glorioso y eterno.

 

Suscribe: Marcelo G. (Para lo periodístico: Margal: conductor y realizador del programa COMO PEZ EN EL AGUA, que se emite los viernes a las 23:00 hs por la 93.5 fm Radio del Plata Rosario)