«Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.»(2 Pedro 4:8)
Pero calificamos en amor para cubrir nuestras faltas?
Hay en el plano humano tres tipos de amor: el eros, el storge y el fileo.
El eros: representa el amor pasional y erótico.
En la mitología griega eros es el dios que simboliza el amor romántico, la pasión e impulsividad.
Se relaciona con el amor efímero y que se genera al principio de la relación e idealización del momento mezclando el deceo y atracción sexual.
El storge: también llamado amor familiar. Es el consepto griego utilizado para el afecto natural, como el amor de un padre hacia sus hijos y viseversa.
El fileo: es un amor con compasión. Es el amor de amigos, aliados, socios. No es natural en el sentido de que uno, a diferencia de los familiares, escoje a los amigos y es escogido por ellos, o al menos uno piensa que así ha sido.
Además, fileo implica compartir gustos e intereses.
Lo que los caracteriza es que son condicionales.
Hay un amor diferente: el ágape.
Es el término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado.
En el libro del profeta Jeremías el ungido nos dice en el capítulo diecisiete, versículo nueve:
«Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; quién lo conocerá?»
La perversión humana fué cubierta en potencia por la obra del Verbo Encarnado en la cruz.
Con su sacrificio, Jesucristo nos dió el favor de una potencial victoria ante la muerte y el mal.
Él es el ágape: el perfecto amor.
En los que hemos recibido habita dándonos la gracia de tener una medida de su amor, gozo y paz.
Cuando actuamos con fe, la misericordia, la esperanza y su justicia, se hacen visibles los frutos de él en nosotros y es ahí cuando su completud cubre nuestra maldad y miseria espiritual en la que estábamos.
Si lo tenés en sí: perseverá.
Si no lo has recibido aún: por favor no pierdas más tiempo en darle la bienvenida en tu ser.
El que lo hace, como expresa el citado libro en el capítulo anteriormente nombrado, en el versículo ocho:
«Porque será como árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.»
No te condicionará la circunstancia sino el accionar del bien, la verdad y la plenitud de vida que habitarán en vos.
En conclusión: serás completamente libre y cabal para dispensar *shalom por el ágape que te sustenta.
*Shalom: es una palabra hebrea que significa paz o bienestar.
Al igual que en español puede referirse tanto a la paz entre dos países como también a una paz interior o tranquilidad de una persona.
Se utiliza también como fórmula de saludo, equivalente a «hola» o «adiós».