Brasil anunció una cumbre de presidentes sudamericanos el próximo 30 de mayo por iniciativa del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva. Según el comunicado difundido por Itamaraty, el encuentro será en Brasilia y tiene el objetivo de promover el diálogo y reactivar la agenda de cooperación en la región. La invitación no es casual, ya que se lleva a cabo a tan sólo unas semanas de que Argentina y Brasil anunciaran su retorno a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), organización de la que ambos países se salieron durante los mandatos de los expresidentes Mauricio Macri y Jair Bolsonaro.
«Promover un diálogo franco entre todos, destinado a identificar denominadores comunes, discutir perspectivas para la región y reactivar la agenda de cooperación sudamericana en áreas clave, como salud, cambio climático, defensa, combate a transnacionales ilícitas corporaciones, infraestructura y energía, entre otros», señaló.
El Gobierno de Brasil ya giró las invitaciones formales a los gobiernos sudamericanos. De acuerdo a la información difundida por el portal brasileño O Globo, Lula prevé una reunión sin muchas formalidades ni delegaciones restrictas y con más intimidad para conversar entre los jefes de Estado.
Desde su llegada a la presidencia, el 1 de enero pasado, la política exterior del mandatario se basó en el mandato de «Brasil de vuelta al mundo», en contraposición al planteo hecho e impulsado por su antecesor. En esa línea, uno de sus ejes son los vínculos regionales que están establecidos en el marco de las organizaciones multilaterales como la Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), las dos a las que retornó.
Según O Globo, Lula envió una carta en donde defiende la necesidad de «revitalizar la integración en América del Sur» y pide que se dejen de lado las diferencias en nombre de un «destino común», también habla de la necesidad de cooperar en materia de defensa, salud e infraestructura y menciona los desafíos geopolíticos del mundo actual, la importancia de buscar soluciones colectivas y de reposicionar a América del Sur como actor en el tablero global.
Desde la visión del líder de la mayor economía de América Latina, es imperativo que los países de la región vuelvan a concebir a América del Sur como una región de paz y cooperación para lo que es necesario dialogar con transparencia y espíritu constructivo. El gobierno brasileño entregó la misiva la semana pasada a algunos mandatarios, como por ejemplo al colombiano Gustavo Petro, que fue visitado en Bogotá por el asesor especial en asuntos internacionales de Lula, el excanciller Celso Amorim, invitado para discutir el proceso de diálogo en Venezuela. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, estará en Brasilia, según confirmó este viernes el canciller de ese país, Francisco Bustillo, en una conferencia de prensa en la que dio a conocer que el mandatario recibió la invitación.
También están en la lista de invitados, los mandatarios de Bolivia, Luis Arce; y de Ecuador, Guillermo Lasso; quienes recibirán el llamado por parte del canciller Mauro Vieira, que en estos momentos se encuentra de gira por esos países. La misiva también será enviada al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, país con el que Brasil restituyó las relaciones bilaterales este año. De hecho, la semana pasada estuvo en Caracas para conversar con Maduro el embajador extraordinario para el Cambio Climático de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, quien fuera canciller de la expresidenta Dilma Rousseff.
La Unasur
La Unasur fue creada en 2008 como impulso a la integración regional en materia de energía, educación, salud, ambiente, infraestructura, seguridad y democracia. A principios de abril, Argentina anunció su vuelta al órgano regional y lo mismo hizo Brasil al día siguiente, después de que los gobiernos de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro, respectivamente, decidieran en 2019 dejar la Unasur.
Colombia, Paraguay, Chile, Ecuador y Uruguay también abandonaron la alianza, que en los últimos años quedó sólo con Bolivia, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela como estados miembros.