El Secretario General del Movimiento Evita de Santa Fe propone un movimiento amplio santafesino para 2023, que ya incluye a Ciudad Futura, y defiende la vigencia de las PASO.
“Vamos a enamorar para transformar”, dice Gerardo Rico, secretario general del Movimiento Evita en la provincia de Santa Fe y ex diputado provincial del Partido Justicialista. Lo dice con una calidez inusitada para un militante peronista de mil batallas, acaso porque el escenario electoral que imagina el año próximo lo lleva a ser tajante a la hora de pergeñar una estrategia política ante “un único enemigo”: Juntos por el Cambio. No ahorra críticas a la gestión del gobernador Omar Perotti en estos tres años de gestión, anuncia una alianza electoral que dará que hablar con Ciudad Futura y explica por qué Eduardo Toniolli será precandidato a gobernador en las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), un sistema de elección interna que defiende convencido.
-¿Por qué el Movimiento Evita decide participar con precandidato propio a gobernador 2023?-
-Este es un proceso de larga data. Hicimos algunas experiencias de tratar de llevar compañeros a cargos legislativos fundamentalmente para ir presentando una nueva agenda política. La primera experiencia fue cuando yo fui diputado provincial, luego llegó Lucila de Ponti y después Toniolli, primero como concejal de Rosario y ahora como diputado nacional. A partir del año pasado nos pusimos a analizar la necesidad de tratar de desarrollar a nivel provincial una propuesta política que sea superadora a las anteriores y que pudiéramos poner en la agenda temas que la sociedad santafesina los tiene como propios.
-Ustedes tienen diferencias marcadas con el gobierno provincial.
– En diversos tópicos. El principal es el tema político. Después del esfuerzo que hizo el conjunto de la militancia en toda la provincia además de otros sectores no peronistas para ganar en 2019 era necesario tener una mesa política para ir discutiendo las distintas temáticas que se podían desarrollar en la provincia, o por lo menos escuchar las opiniones que teníamos los diversos sectores. Esto no se produjo y fue el principal error de este gobierno.
-¿Puntualmente en qué no coinciden?
-No coincidimos en el rol que tuvo la provincia en el tema hidrovía, tampoco en el caso Vicentin ni en el tema seguridad. Perotti planteó en su primer discurso como gobernador que el jefe de seguridad en Santa Fe iba a ser él y que íbamos a mejorar. Al margen de que este problema se arrastra desde hace 15 años, Rosario, Villa Gobernador Gálvez y Santa Fe son las que más sufren. Tampoco vimos con agrado que en medio de una paritaria de discusión con los docentes se les descontaran los días de trabajo por paro. Es una actitud que el Estado no la puede tener.
-Quedan temas pendientes supongo del gobierno provincial.
-Claro. El rol que juega el Estado provincial con respecto a las quemas en Rosario; los trabajadores no tienen que pagar el impuesto a las ganancias, que es un impuesto al trabajo. Otro de los criterios que queremos imponer en la agenda es que los aumentos no retributivos sean parte del salario. Además hay una deuda pendiente tanto del estado nacional como provincial con los sectores más humildes, los descartados como dice Papa Francisco, los que viven en las periferias…
-¿Y la relación entre Nación y provincia?
-Tampoco me parece bien la disputa política que hay entre sectores del gobierno nacional y el gobierno provincial. Tendría que haber un acuerdo político para que entre todos aunamos esfuerzos para tratar de tener mayor redito político porque tenemos un enemigo en común: Juntos por el Cambio en todas sus variantes. Creo que la unidad es fundamental.
-El Evita está de acuerdo con la continuidad de las PASO.
-Desde el punto de vista electoral es el mejor elemento que tienen los distintos espacios dentro del peronismo y la oposición para poder dirimir proyectos políticos clave y concretos y que la gente los pueda visualizar. Las PASO eliminan el dedo político, el desembarco de una dirigencia de Buenos Aires que venía a decirnos quiénes debían ser nuestros candidatos en Santa Fe. Que cada uno se presente en las elecciones: el que gana conduce y los que pierden acompañan. Para nosotros la primera victoria fue cuando definimos que teníamos que tener una estrategia de poder en la provincia, porque el poder se construye desde la calle y desde el Estado; el segundo será cuando presentemos nuestras listas propias a cargos municipales, provinciales y nacionales y el tercero será el resultado. Apuntamos a ser ganadores en la interna del peronismo, que tiene que ser muy disruptiva, muy generosa y tratar que este proyecto político enamore… porque enamorando se transforma la realidad.
-¿Y a qué sectores incluyen en ese “enamoramiento”?
-A sectores que no necesariamente tienen que ser peronistas pero que son del campo nacional y popular. Estamos hablando con todos los sectores, eso es lo más importante, hay algunos más predispuestos que otros, estamos planteándoles de qué manera podemos sembrar algo para nuestros hijos y nuestros nietos, y que de pronto sea una alternativa para que el pueblo santafesino viva mejor.
-Pero ¿con quién cerraron?
-En Rosario, para dar un ejemplo, tenemos un acuerdo con Ciudad Futura para que participe dentro de la interna del peronismo y nosotros desde el Movimiento Evita vamos a apoyar con toda nuestra fuerza para tratar de que la intendencia de Rosario la gane un sector que tiene las posibilidades de desarrollar una nueva política en la ciudad con criterios diferentes a los que se vienen llevando a cabo en los últimos 20 años.
-¿Hay un nombre a candidato/a a intendente/a de Rosario?
-El nombre del candidato o candidata lo define la propia estructura. Nuestro criterio de conformación de este movimiento amplio santafesino es que nadie pierda su identidad, y que en cada lugar de la provincia de Santa Fe los que vayan a encabezar las listas sean los que ocupan puestos institucionales o compañeros que no tengan ninguno, es un frente muy democrático y participativo que elimina la disputa entre espacios que siempre existe. Muchas veces con los sectores del campo popular tenemos los mismos objetivos pero una metodología diferente, para ellos prevalece el ideologismo y no realmente la política. Por eso tenemos que ver qué pasó en Colombia, Bolivia, Perú, Chile, donde para tratar que los sectores populares tengan la posibilidad de gobernar integraron a otros para poder lograr posibilidades de desarrollar políticas para el pueblo que representan.