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ENTENDIENDO LOS TIEMPOS  

Voy a transcribir del Evangelio de Mateo del capítulo 16, los versos del 1 al 4:

«Vinieron los fariseos y los saduceos para rentarle, y pidieron que les mostrase señal del cielo.
Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene *arreboles.
Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!
;La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del Profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.»

Lo que he transcripto me lleva a reflexionar lo siguiente:

Los religiosos piden evidencia a los que tienen un mensaje genuino de parte de Dios, pero paradójicamente, demandan un aval divino cuando evidentemente el aval divino está implícito en el mensaje que emiten los verdaderos creyentes.

En sus conciencias saben que lo que expresan los auténticos enviados es atinado pero si lo admiten tienen que dejar de lado no solamente una prédica errónea sino también el usufructo de «un ministerio» cargado de hipocresía y lucro para con la grey.

Su ceguera consiste en que saben que están en pecado y en lugar de reconocerlo y ponerse a cuentas con el Creador tratan de tentar a los que traen una palabra revelada.

No van a entrar al reino de los cielos ni tampoco quieren dejar entrar a aquellos que con buen corazón buscan de verdad a Dios.(Mt. 23:13)

Con respecto a lo que la generación mala y adúltera demanda, voy a citar del Evangelio de Juan del capítulo 3, los versos 14 y 15:

» Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.»

En definitiva:

Jesucristo fue levantado en el madero para consumar la redención, en potencia, de toda la humanidad.

Los que decimos ser sus discípulos, tenemos que mantener como consigna lo que expresó el Apóstol Pablo en la primera carta a los Corintios capítulo 2, versos 1 y 2:

«Así que, hermanos, cuando fuí a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fuí con excelencia de palabras o de sabiduría.
Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y éste crucificado.»

A manera de conclusión:

Lo que debemos mostrar al mundo no es meramente el conocimiento intelectual de la deidad sino transmitir un testimonio de vida producto de una experiencia íntima con el Creador («ginosko»), en la persona de Jesucristo: Dios encarnado.

*Arrebol: es el color rojo que se ve en el cielo cuando se pone o se levanta el sol e incide de una determinada manera sobre las nubes.

Marcelo G. Margal: conductor y realizador del programa COMO PEZ EN EL AGUA.