El secretario de Trabajo, el titular de la UIA y el representante de Relaciones Internacionales de la central gremial participaron de un seminario de la OIT.
Julio Cordero, secretario de Trabajo de la Nación; Daniel Funes de Rioja, titular de la Unión Industrial Argentina y Gerardo Martínez, secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) debatieron sobre la informalidad laboral en nuestro país, en un seminario realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) donde expusieron propuestas en las que los tres actores destacaron la necesidad de mantener “un diálogo social” entre el Gobierno, las industrias y los sindicatos.
Cordero hizo hincapié en la situación previa a la inclusión de las personas al mundo del trabajo y cuestionó las preparación que se les ofrece a través de la educación, para que puedan ejercer “ese derecho humano que está plasmado en el pacto de los derechos económicos, sociales y culturales” ratificado por la Argentina y que es el derecho al trabajo digno.
“Hay que generar un ambiente (social) sano y saludable donde las personas quieran integrarse. Cuando logremos generar un ambiente productivo, que nos permita construir muchos otros lugares con más comida, más producción de bienes y servicios, que es con lo que el ser humano llega a construir en comunidad su propia esencia, ahí es donde vamos a poder decir si esta formalización tiene sentido y no, simplemente, trabajar sobre su imposición o sobre el castigo que vendrá, en caso de que exista una reticencia a esa formalización”, destacó el secretario de Trabajo de la Nación.
En su disertación, también remarcó que muchos jóvenes hoy prefieren el trabajo independiente donde “el tipo de relación es autónoma” y, de esa manera, quedarían por fuera de lo que establece la OIT como parte de la formalidad laboral, como el derecho a la licencia, la obra social o a los seguros de riesgo: “La Argentina, en general, ya cuenta estructuralmente, por ejemplo, con un sistema de Salud que es abierto a la comunidad, con lo cual algunos de los elementos que la OIT propone como parte de la formalización, ya existen y podemos acceder sólo por vivir en este país”, explicó Cordero.
Por su parte, Funes de Rioja declaró que desde el sector industrial “bregan por el trabajo registrado y el socialmente protegido”, no sólo porque le da “dignidad” a las personas y les permite “formar parte” sino porque el empresario “también necesita ese tipo de trabajador”: “No una víctima ni un enemigo”, remarcó.
“El camino de la formalización viene de la mano de la productividad y la competitividad empresarial y la Argentina debe basarse en eso. Si no, que no nos hagan pagar tantos impuestos como lo hacen. Debemos tener paz y armonía social, que no implica pensar igual, porque la formalización requiere consensos amplios. La competencia desleal existe en Argentina y genera asimetrías muy grandes. No hay una solución única, hay experiencias que nos sirven, hay que argentinizarlas y acomodarlas a nuestra liturgia. Argentina, desde el punto de vista industrial, es muy buena y para pasar al frente necesitamos profesionalidad, capacitación y formalidad. No se trata de discutir los derechos laborales, porque existen, pero no están dentro de la informalidad. Ninguno. Y el empresariado aspira a un mundo formal”, concluyó el presidente de la UIA.
Para finalizar el debate, Martínez, quien fue en representación de la UOCRA y de la CGT, destacó y agradeció la presencia de sus dos “amigos” y particularmente le pidió a Cordero que la Secretaria, que lleva adelante, “vuelva a ser Ministerio de trabajo”: “Yo sé que vos lo vas a lograr, Julio”, señaló entre sonrisas. Posteriormente, cruzó de nuevo al funcionario nacional y le arrojó una pregunta surgida de su propio discurso: “¿Me garantizas que el diálogo sea una Política de estado?”, a lo que Cordero asintió y respondió con una sola palabra: “Siempre”.
En cuanto a Funes de Rioja resaltó su postura “fundamental” en el diálogo tripartito de los últimos años durante “los momentos más difíciles” del país y su predisposición porque, a pesar de pensar distinto en muchos temas, siempre tienen una ocasión de encuentro para dialogar.
“Tenemos que tratar la causa de la informalidad, pero si tenemos una gobernanza que no garantiza el plano del desarrollo y la producción en el trabajo, me parece algo medio ingenuo que lo haga en lo económico, lo financiero y en lo estructural de lo que representa el monetarismo. Si paramos el 100% de la obra pública ¿cómo vamos a ayudar a la formalidad laboral? Nosotros estamos preparados para debatir desde el punto de vista sindical las fórmulas. Tenemos experiencia de lo que sucedió en otros países de Europa, del Consejo Económico Social de Alemania y el de Bélgica que son países sustentables. América Latina y el Caribe tienen la cultura del privilegio que es la desigualdad, la concentración en los monopolios y la falta de reglas de juegos claras, falta de competitividad y de transparencia. Debe haber un diálogo genuino, respetado institucionalizado y que no sea discrecional”, concluyó.
