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ACERCA DE LA IDOLATRÍA, LA SANTIDAD Y LA OBJETIVIDAD

Hace unos días, compartí en mi muro de facebook una reflexión del periodista Eduardo Feinmann que a continuación transcribo:

«Que bueno que así lo entienda.

Maradona fue grande en la cancha, es uno. Messi es el más grande dentro y fuera de la cancha.

Se terminó la cultura Maradoniana, de la viveza y la trampa.

Nace el Messianismo del esfuerzo, trabajo, merito y los valores.»

 

Lo anterior hizo que algunas personas asintieran lo que Feinmann aseveró y otras no.

De todos los que opinaron, voy a citar dos comentarios.

 

En primer término, el de Carla:

«Cuándo se va a dejar de endiosar a seres humanos mortales como todos, nadie nos puso por jueces de nadie, el único grande dentro y fuera de la cancha es Cristo, todos somos pecadores también Messi.»

 

Con respecto a lo referenciado por Carla opino lo siguiente:

Una cosa es poner una persona como ejemplo y otra es hacer de esa persona un ídolo.

En este caso en particular, Feinmann reconoce que Maradona fue un excelente futbolista y punto. Haciendo un contraste con Messi que más allá de ser un notable deportista es una persona con valores humanos y espirituales que el primero no tenía.

Cuando Carla expone que nadie nos puso por jueces, le respondo que una cosa es juzgar y otra es, desde el sentido común, evidenciar que hay un abismo entre las actitudes del primero con respecto al segundo.

En cuanto a que Messi es pecador: es verdad, lo es, como Carla, un servidor y todos los seres humanos por naturaleza.

Incluso lo fueron todos aquellos que Dios Espíritu Santo utilizó para redactar la Biblia.

 

Porque como dice el Apóstol Juan en su primera carta en el capítulo 1, verso 10:

«Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros.»

 

Messi es un mortal y por lo tanto un pecador, pero su testimonio habla de una vida ordenada.

Prueba de ello es que tiene una familia bien constituida y ha dado muestra de reconocer que su destreza como futbolista es un don de Dios.

Lo que destaco, a partir de las declaraciones de Feinmann, es que es bueno tener patrones de referencia positivos, fundamentalmente, para los niños y adolescentes como modelo a imitar.

 

Incluso Pablo lo decía:

«Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.»(1 Co.11:1; Fil.3:17)

 

Alberto, por otra parte, expresa:

«En temas políticos hay una falta total de nacionalidad. Casi nadie es objetivo, ni racional, ni neutral, cada cual toma lo que está en consonancia con su postura, ideología, creencias o ideas. Y lo repite y replica las interpretaciones o percepciones que se hacen pasar por el filtro de ideologías o creencia de cada uno y luego lo presentan como «verdad». Ahí está el error.

Tanto de un lado como por el otro de la grieta. Es lo que también hace Feinmann.

Pero no sólo él, sino todos los periodistas y medios. Y lo que hace la mayoría de la gente: toma de esos medios lo que coincide con sus ideas.»

 

Ante lo relatado por Alberto discierno que «doxa» es opinión y por lo tanto no estamos hablando de una ley física, o sea, de una ciencia exacta si no de una vertiente humanista: una ciencia social.

Porque: cuál sería el punto de referencia para establecer la objetividad?

La respuesta a esa pregunta está en los valores que tienen los que dan su parecer, o aquellos que son profesionales de la comunicación.

En mi caso, como cristiano, tengo como referencia a la Biblia como punto de apoyo para transmitir un mensaje.

 

En el Evangelio de Juan, en el capítulo 12, verso 49 y 50 Jesús manifiesta lo que a continuación les comparto:

«Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.

Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.»

 

Respecto a lo pretérito:

Como Jesús hablaba lo que el Padre le decía, un servidor al ser discípulo de Cristo, habla lo que el Espíritu Santo pone en su mente.(Lc.12:12)

La condición sine qua non es estar en santidad.

Santidad no es ser perfecto, sino estar a cuentas con el Creador.

Si estoy en ese estado tengo cierta medida de objetividad y veracidad.

Con respecto a la «grieta» creo que hay que procurar el consenso, o sea, buscar lo que nos une y dejar de lado lo que nos separa del que piensa distinto.

El limite es no negociar con todo aquello que se contrapone a la Palabra de Dios.

En cuanto a la actitud de la gente a tomar como referente a ciertos periodistas: me parece lógico y normal porque se procura un referente a partir de una visión de lo que acontece acorde a los valores que el receptor del mensaje tiene como paradigma.

 

Suscribe: Marcelo G. (Para lo periodístico: Margal: conductor y realizador del programa COMO PEZ EN EL AGUA, que se emite los viernes a las 23:00 hs <si hay fútbol a las 24:00 hs> por la 93 5 fm Radio del Plata Rosario).