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Comunicar para ayudar

A raíz del desorden informacional que cotidianamente nos atraviesa como ciudadanos solemos perdernos en ese basto océano de datos e información que no sabemos si al final terminan siendo cien por ciento relevantes. Justamente con la política de “precios cuidados” también está pasando y pocos fueron los que se animaron a querer brindar una mano.

Maximiliano Falcone, un desarrollador web y humorista gráfico, decidió tomar cartas en el asunto y con la ayuda de un economista amigo lanzó http://maxifalcone.org/precios, una web que reúne todos los productos cubiertos por el manto de “precios cuidados” y los aglomera en un listado fácil de leer. Tuvimos la chance de conversar con él, nos contó varias cosas acerca de su página y de unas tantas cosas más.

“Actualmente se inicia con un selector de provincias, dado que los 1500 productos tienen variación con respecto a la zona geográfica. Luego de seleccionado una tabla dinámica con un filtro donde se ingresa el producto a buscar. Es súper sencillo y está optimizada para usar con un celular.” La página web consta de una interfaz sencilla que termina siendo amigable para cualquier persona independientemente de si tiene un gran manejo de la tecnología, o no. El programador mostró querer seguir con el proyecto del cual no espera ningún tipo de redito “a partir de la repercusión me dio a pensar que se podría hacer algo más con esto e ideas tengo. El gran tema es el tiempo. Esto es un desarrollo personal: no hay ninguna empresa financiando las horas de programación que insume. Me entusiasma lo que puede generar comunitariamente. Vamos a ver. Hasta recién estuve trabajando en algunas cosas. De seguir con esto ojalá la gente acompañe.”

Más allá de lo útil que resulta la página para los usuarios también preguntamos cómo fue que surgió la idea y cuáles fueron las motivaciones de Maximiliano para seguir adelante con el desarrollo de la página web. “En principio nunca tuve la intención de crear una aplicación comercial. Sólo tomé el PDF que publicó el gobierno y puse toda esa información dentro de un sistema que permite una mejor gestión. Fue más un desafío de programador y no una aplicación que busque conquistar algún mercado. Ya me han dicho que el nombre que le puse es demasiado largo, o me preguntan cuándo va estar como una aplicación descargable para instalar. No tengo respuestas porque no fue creada para tal fin. Lo puse en maxifalcone.org porque es el sitio que yo tengo de hace mil años y que abandoné por otros proyectos.” Obviamente no fue tarea sencilla, por ende, Falcone, luego de terminada su labor, pidió prestadas un par de manos más. “Cuando terminé la aplicación de los precios le pregunté a Lavih Abraham, el economista que me ayudo con la información si MATE (Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía) el grupo de economistas del que es parte tenía una web para subir el sitio ahí. Me parecía más serio que lo hosteen un grupo de economistas y no yo. Como no tenían la aplicación tuvo que convivir con otras cosas mías que no tienen nada que ver, como por ejemplo mis dibujos. Además de programador soy humorista gráfico.”

También le preguntamos sobre su opinión acerca de “precios cuidados” y cómo ve él a la ciudadanía. “Cualquier control que beneficie a la ciudadanía está bien. Así sea tomarte la temperatura al ingresar a un edificio público o mayor personal de seguridad en las calles. El control de precios debe tomarse como una garantía de convivencia para el beneficio de la comunidad toda. Si tengo mis dudas con respecto a su implementación: Tenemos como pueblo una larga tradición en incumplir leyes. En esa línea hice la aplicación: una herramienta para empoderar al ciudadano común que es víctima de las corporaciones que forman precios y hábitos de consumo. Allí donde falla el estado o el mercado tiene que estar la comunidad organizada. Es la misma línea de lo que son los grupos de whatsapp de vecinos con el fin de protegerse frente a la inseguridad.”

Otro aspecto de Maximiliano, y que adelantamos antes en la nota, es que él también expresa su visión a través de los dibujos. Él lleva desde hace mucho haciendo humor gráfico y nos contaba cómo empezó todo. “Dibujo desde que tengo memoria. La diferencia es que después nunca dejé de hacerlo. Recuerdo haber leído historietas incluso de antes de aprender a leer. Sólo miraba las imágenes y me imaginaba las historias. En aquella época en la televisión había dos canales y el cine era una excentricidad. La única forma de entretenimiento eran las historietas y mi amor por el medio surgió en aquel entonces. Lo del humor gráfico fue después, mucho después. Cuando aparecieron los blogs por el 2003 o 2004 y todos contaban su vida por allí, recordemos que no existían las redes sociales. Ya trabajaba como programador y no tenía tiempo para sofisticados dibujos o historias complejas. Sólo quería divertirme y hacer chistes sobre la vida profesional. Lo más fascinante de aquello fue que la gente empezó a leer lo que hacía. Ahí me sentí invitado a seguir explorando ese mundo. Mi primera formación es como artista gráfico. Trabajé mucho tiempo como diseñador gráfico, la eventual desaparición del papel me empujó a indagar en la informática y trabajar allí. Fue una muy sabia decisión.” Acerca de los referentes que lo ayudaron a crecer como humorista gráfico Maximiliano nos contaba quienes fueron “Si tengo que buscar algún referente en la infancia diría que Quino y Caloi con sus páginas en la revista de clarín los días domingos y con Mafalda después. Luego, en la adolescencia los norteamericanos Robert Crumb o Peter Bagge, su frescura para ponerse como personajes y hablar en primera persona del mundo que los rodea. Hoy me siento más influenciado por lo que hacen mis compañeros en el colectivo Alegría. Los memes podría decirse que también. Internet nos obliga a otras formas de lecturas.” Finalmente le preguntamos cuál era su visión del humor y nos respondió: “¿Mi visión del humor? Es una herramienta para sobrellevar las amarguras cotidianas; un recurso para celebrar la vida misma. Estamos en la vida para divertirnos. ¿Qué otra cosa sino?”.