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LA SOBERBIA

La persona soberbia es alguien que cree tener una posición de superioridad o de privilegio frente a los demás.

 

Lo anterior, se manifiesta a través de la arrogancia, la altivez, la vanidad, o la prepotencia.

 

Hay dos formas de ser soberbio.

 

La primera, mediante la agresividad, los gestos y las palabras.

 

Un ejemplo de lo anterior, es la vicepresidente de la Nación Cristina Fernández.

 

¿Pero qué suele esconder la soberbia?

 

Una insanidad interior por un complejo de inferioridad y también un miedo muy grande a reconocer como un igual al que interactúa con uno.

 

En una oportunidad, le pregunté a una persona que conocí en el barrio en el que vivo: ¿qué era él?; esperando que me responda qué actividad profesional ejercía.

 

Su respuesta me dejó «fuera de juego» de mí mismo, porque me contestó lo siguiente: «ser humano y vecino».

 

En definitiva: una actitud muy sana es ver en el otro no alguien a avasallar sino a nuestro prójimo, ya que más allá que tenga o no una formación académica o cultural, es un ser humano con las mismas necesidades que nosotros.

 

Se suele asociar la soberbia con el tono en que interactuamos con los demás, pero no con las decisiones que se toman.

 

Para que quede en claro que no soy un «periodista militante» como nombré a Cristina también lo voy a hacer con Macri, que no se caracterizaba por ser soberbio con su discurso, pero sí lo fue con la decisión que tomó al endeudar al país con el Fondo Monetario Internacional en la suma de 40.000 millones de dólares.

 

Estos no se evidenciaron en ninguna obra pública, sino que no quedó muy claro en qué se destinó ese dinero.

 

Lo que acabo de mencionar, se reflejó en la praxis en una mayor asimetría entre los que más tienen con respecto a los que menos tienen.

 

Lo narrado con antelación, también es una forma de soberbia en conjunción con ineptitud para gobernar.

 

Para ser equitativo voy a referirme también a Sergio Masa y a Javier Milei.

 

El primero, habla como opositor a sí mismo, ya que, dice que si llega a ser presidente (más allá que de hecho lo es en la actualidad) va a tomar ciertas medidas de gobierno.

 

El político mencionado pretéritamente es un ser maquiavélico y soberbio. Porque no hay una carga impositiva más grande que la inflación que estamos padeciendo, donde el hilo más delgado se corta con los que dice representar: la clase trabajadora y los jubilados.

 

Por último, Javier Milei que al margen de su evidente desequilibrio mental quiere terminar con la universidad pública y toda cobertura estatal en cuanto a lo social, lo que también evidencia un acto de soberbia.

 

Concluyendo:

 

Más que nunca tengamos en cuenta los argentinos, que aquellos que se manifiestan como nuestros representantes en la política son el reflejo de lo que somos como sociedad: soberbios.

 

Suscribe: Marcelo G. (Para lo periodístico: Margal: conductor y realizador del programa COMO PEZ EN EL AGUA, que se emite los viernes a las 23:00 hs por la 93.5 fm Radio del Plata Rosario)

 

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