Es tan importante cada minuto de nuestra vida, seguramente depende la edad que cada uno tenga, le dará más o menos importancia. En la etapa infantil, no se tiene apuro por nada, dado que suponemos tener todo el tiempo del mundo a nuestra disposición. En la adolescencia, se quiere hacer de todo como si el día tuviese el doble de horas, se cree que ya se sabe todo y se quiere vivir cada momento como una gran aventura.
Luego, con las responsabilidades y mayor madurez , es como que el tiempo no alcanza, se comienza a sentir que debemos ordenar nos, se siente la necesidad de tener prioridades, ya dejamos de lado muchas actividades y planificamos tratando de redimir el tiempo, cada segundo es muy importante , no podemos ni queremos perderlo.
Ahora porque sucede esto?, será qué inconscientemente tememos a desaparecer de este plano llamado vida, será que al no saber cuanto tiempo nos queda, aprovechamos al máximo para no dejar algo inconcluso?
Algo cambia en como planificamos, ordenamos y priorizamos nuestras actividades, es como que el reloj biológico nos marca mas fuerte el paso del tiempo.
Quizá muchos pudieron regular sus tiempos desde pequeños, pero también muchos no lo consiguieron, es como que empieza a acelerarse dentro del ser el inevitable avance de los minutos, ver que, en la agenda los años pasan muy rápido y ni hablar de los días, se comienzan a dejar de hacer muchas cosas, para darle lugar a otras que se consideran que se deben realizar ” YA ” . Uno se reordena, se re programa, y comienza la carrera impensada de ganarle a los minutos, días, años.
Comienzan las preguntas, porqué no lo hice antes, valdrá la pena hacerlo hoy. Ya está, el tiempo no se puede volver atrás, está bueno redimirlo a partir de hoy . Si abriste los ojos y respiras, es gracias a Dios que te da una nueva oportunidad para intentarlo nuevamente, no la dejes pasar, aprovéchala, anímate. Sé valiente .
Nancy Aguilera Caviglia .
Periodista.