Investigadores españoles han descrito el efecto del movimiento en la salud psicológica de la población durante el inicio de la covid-19 para determinar si la actividad física puede ser una buena estrategia para contribuir al bienestar emocional en otras posibles pandemias.
La disminución en la actividad física durante el confinamiento causó problemas psicológicos en la población adulta, según refleja un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y otras instituciones españolas. Este trabajo describe el efecto del movimiento sobre la salud psicológica de la población en esos meses, a partir de la revisión de la evidencia sobre los impactos de la pandemia.
Se trata de un primer paso para determinar si la práctica deportiva puede ser una buena estrategia para contribuir al bienestar emocional en este tipo de situaciones. “El confinamiento provocó desordenes psicológicos en las personas, más en los adultos que en los niños”, indica María Gloria Gallego-Jiménez, investigadora de UNIR.
“Los estudios revisados reflejan que la pandemia y las medidas de confinamiento causaron estrés, ansiedad, aislamiento social y angustia psicológica en adultos, así como niveles de depresión y ansiedad más altos de lo habitual entre la primera línea del personal médico”, apuntan.
Además, varios trabajos refieren específicamente cómo los adultos se volvieron más sedentarios durante la cuarentena y disminuyeron sus niveles de actividad física con resultados psicológicos perjudiciales.
Posible estrategia para el futuro
Para los investigadores, es preciso ahondar en el trabajo para aclarar si la actividad física puede constituir una estrategia eficaz para prevenir los efectos psicológicos negativos de la pandemia.