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ANTE LA IRA VENIDERA

En la ciudad donde nací y vivo, Rosario, estamos padeciendo en el presente dos grandes flagelos: en primer lugar el narcotráfico que literalmente está tomando la ciudad con balaceras y muertes cotidianas.

Por otra parte: la quema indiscriminada en el humedal, en las Islas Entrerrianas en la otra vera del río Paraná, donde ni la justicia ni el gobierno de la provincia de la jurisdicción que acabo de nombrar dan cuenta de un compromiso con los que periódicamente padecemos el humo y tampoco con la preservación del ecosistema.

Lo que sucede con respecto a las dos cuestiones que acabo de mencionar: ¿es solamente producto de la inoperancia del poder político, judicial y de las fuerzas de seguridad?

Como respuesta a ese interrogante voy a transcribir del libro de Proverbios del capítulo 16, el verso 2:

“Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa.”

Discerniéndolo espiritualmente, es si hay legalidad o no para que el demonio pueda avanzar más allá de donde Dios se lo permita.

Porque si la persona no ha tenido un encuentro personal con el Señor o se ha apartado, el individuo que está en esa condición está a merced del mal.

En el caso de un creyente, el Creador puede permitir que el mal obre para purificar al que atraviesa el “mal trago”.

La otra situación es cuando un ser humano está perseverando en algún delito, pecado u adicción.

En el primer ejemplo: se aplica lo que Pablo escribe en la carta a los Romanos capítulo 8, verso 28:

” Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

En cuanto a lo mencionado postreramente, es atinado transcribir de la carta a los Hebreos del capítulo 10, los versos del 26 al 31:

“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o tres testigos muere irremisiblemente.
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor.
Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”

Respecto al tema del narcotráfico lo que está sucediendo tiene que ver con el lugar donde nos toque interactuar en lo cotidiano. Es por eso, que para algunos es un juicio y para otros una admonición por el momento, según sea, como nos afecte o no la consecuencia del mismo.

En cuanto al ecocidio a todos nos perjudica por igual.

Desde hace décadas, el país y particularmente está ciudad santafesina está siendo evangelizada.

Más allá de la intención última del liderazgo de todas las congregaciones que conforman la Iglesia tanto a nivel nacional como local.

Entiendo que nadie en Argentina, y particularmente en Rosario, puede decir en el día que le toque dar cuenta a Dios de sus acciones que no se le predicó el Evangelio y por lo tanto ser salvo de la ira venidera.

No creo que nada de lo que sucede sea solamente un problema de índole judicial o político, aunque en cierta medida lo sea, sino que en última instancia refleja la condición moral y espiritual del territorio donde nos tocó nacer.

Creo que la función de la Iglesia del Señor en Argentina y específicamente “en estos pagos” es dar cuenta de todo lo que estoy enunciado ante todos los actores, en primera instancia el poder ejecutivo, legislativo y judicial, pero también a todos aquellos que en lo dirigencial y educativo tienen una medida de autoridad a nivel nacional, provincial y local.

Como Iglesia no tenemos que ser tibios en lo que decimos porque si no vamos a dejar de ser sal y luz para convertirnos en una asamblea en el mejor de los acontecimientos: vana.

Por lo tanto, recordemos lo que dice el segundo libro de Crónicas capítulo 7, verso 14:

“…si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”

El pasaje habla claramente que para que haya bendición en una nación la Iglesia debe por un lado tener una actitud intercesora y por otro lado ser la primera en arrepentirse de su pecado.

Porque como expresa Pedro en su primera misiva capítulo 4, verso 17:

“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?”

Tengo la certeza que gran parte de los ciudadanos de Argentina y específicamente de Rosario ha recibido a Jesús como Salvador y Señor, es por eso que está pasando lo que dice el Apóstol en el pasaje que acabo de mencionar.

Mi ruego es que los que han conocido del Señor tengan la actitud de Pablo(Hch.9:1-19) y Pedro(Mt.26:69-75) y no la de Demas(2 Ti. 4:10) y Judas.(Jn.13:18-30)

Porque como expresa el libro de Proverbios capítulo 3, verso 12:

“Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.”

Para finalizar:

Compatriota o vecino:

Si no has tenido un encuentro personal con Jesús te invito a que le entregues tu vida a Él.

Si lo habías recibido y te apartaste volvé a intimar con Él.

Cualquiera sea de las dos situaciones que acabo de mencionar, ponéte en la brecha como un intercesor para que se retrase el juicio que se avecina sobre la humanidad, y así muchos que ahora no son salvos puedan partir en el rapto antes de que la ira de Dios venga sobre toda la tierra.(Abd.1:15)

Marcelo G.  Margal conductor y realizador del programa COMO PEZ EN EL AGUA