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A PESAR DE LO QUE SOMOS

La mayoría de las iglesias evangélicas a partir del 30 de octubre están en un tiempo de oración y ayuno por 40 días.

Este año el lema es “La revancha de la vida”.

Cada jornada hay un devocional que específica por qué cosa interceder.

Particularmente, el viernes 4 de noviembre lo establecido para peticionar se tituló: “El secreto de la familia del Padre”, cuyo autor es el Pr. Jorge Sennewald.

En el mismo, se cita de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos del capítulo 12, los versos 9 y 10:

“El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”

El trabajo de Sennewald nos habla de que Dios nos planeó como familia y el privilegio que es ser parte de ella.

Para luego desarrollar como se logra ser familia en un mundo egoísta e individualista como el actual.

La respuesta a lo anterior, es el amor que nos dió el Creador a los que somos sus hijos el cual hizo posible que con la gracia de su Espíritu en nuestra entidad podemos ser canales del mismo.

La condición sine qua non es tener a los demás como superiores a nosotros mismos.(Fil.2:3)

Luego expone el autor del mensaje: ” El amor de Dios obrando a través de nosotros no pasa desapercibido. Ese amor incondicional, inmerecido y poderoso es capaz de transformar personas, ciudades y naciones.

Más tarde, menciona un pensamiento de Breannan Manning que fué un autor, sacerdote laizado y orador público estadounidense que a continuación transcribo:

“Dios te ama tal cual tú eres, así de andrajoso como te veas. Te ama tal y como eres, y no como deberías ser porque nadie es como debería ser.”

Para finalizar, Sennewald nos dice:

“¡Qué maravilloso! Ese amor que marca nuestra identidad como hijos, tiene alcances que ni podemos imaginar. Y esa es nuestra revancha: ser transmisores del amor del Padre.”

Con respecto a lo que manifiesta Manning:

Dios no nos ama tal cual somos. Dios nos ama a pesar de lo que somos: ¡pecadores merecedores del infierno!

En otros términos: Dios amó a su creación necesitada de gracia salvadora, no a los espíritus iniquos al mando de satanás que gobierna el sistema mundo. Porque no puede haber comunión entre Dios y las tinieblas.

Lo que acabo de afirmar se evidencia en el evangelio de Juan capítulo 14, verso 30:

“No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.”

En definitiva:

Dios no puede ni siquiera mirar al pecado. Es más, cuando Jesucristo llevó todas las “erradas al blanco” de la humanidad Dios Padre lo dejó solo porque sin santidad nadie verá ni comulgará con el Hacedor.(Mt.27:46; He.12:14)

Lo primero que hizo el Señor al comenzar su ministerio fué pedirle al pueblo que se arrepintiera y hacerle saber que el reino de los cielos se había acercado.(Mt.4:17)

El estado de esa gente era la que tuvo Pablo en la carta a los Romanos capítulo 7, versos del 22 al 24:

“Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se revela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivó a la ley del pecado que está en mis miembros.
¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de éste cuerpo de muerte?”

La respuesta a esa pregunta la traía el Verbo Eterno de Dios encarnado en la virgen María, que después de cumplir con su ministerio iba a ser el “Cordero de Dios” que quita el pecado del mundo.(Jn.1:29)

Su obra propiciatoria consumada hizo posible el Pentecostés: la venida universal del Paráclito, potencialmente, para todo mortal.(Hch.2:1-4)

Solamente aquellos que le recibieron, reciben y le recibirán, pudieron, pueden y podrán afirmar, hasta que termine la dispensación presente, lo que Pablo dejó escrito en la misiva que vengo citando en el capítulo 8, verso 2:

“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”

Conclusión:

Si se habla de revancha el autor y consumador de la misma es el Señor, ya que, el ser humano caído de la gracia es incapaz de reivindicar por si mismo nada con respecto a su condición.

Como expresó el Apóstol Pablo en la primera epístola a los Corintios capítulo 9, verso 16:

“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !ay de mí si no anunciare el evangelio!”

¿Que es el evangelio?

Evangelio significa “buenas noticias”, es decir: La gracia de su amor sacrificial e inmerecido (ágape) habiéndo consumado en el Calvario la salvación de manera universal.

Imperativamente el Señor nos demanda a llevar su mensaje desde nuestro hábitat hasta donde su Espíritu nos guíe.(Mt.28:19-20).

Marcelo G. (Para lo periodístico: Margal: conductor y realizador del programa COMO PEZ EN EL AGUA